Saturday, March 29, 2014

Simplemente Amigos

Miércoles  en la tarde y miraba mi teléfono con la esperanza de que llegara un mensaje que me sacara del aburrimiento.  Por primera vez en mucho tiempo no estaba viendo a alguien pues había terminado con Michelle, mi amor platónico de universidad.  La relación estuvo bien por los primeros dos años pero hacia unos meses que la chispa había mermado dado a la falta de tiempo juntos.  Era un momento de crecimiento profesional para mí pues había aceptado una posición como socio en otro bufete y este movimiento tenía mi agenda llena.   Eso había sacado de mi vida a Michelle pues ella tenía otros planes que evidentemente no iban alineados a los míos.

Como había hecho por el pasado mes salí sin rumbo a buscar que comer y como tenía que hacer unas compras fui al centro comercial.  No soy de tardarme mucho en mis compras así que llegue rápido a un restaurante que había abierto recientemente.  Como estaba lleno solo pude encontrar un lugar en la barra, cosa que no era nueva para mí pues solía sentarme solo a comer.  Me senté y luego de un rato ojeando el menú ordene la comida que me sugirió el cantinero.  A lo que esperaba tome mi celular y empecé a ver mis redes sociales esperando enterarme de las últimas noticias de mi entorno.  Ya cuando no tenía nada que ver se me ocurrió compartir mi localización para que la gente se enterara que ya había ido al nuevo restaurant.  Recibí varios mensajes deseándome buen provecho y bromas sobre el tiempo de espera que usualmente se crea cuando algo es nuevo.   Llego la comida la cual no lleno para nada mis expectativas  y cuando estaba por pagar la cuenta entro la llamada  de mi amiga Claudia, si la misma Claudia que hacía varios años me había dado una de las mejores noches de mi vida.  Ella había visto mi localización y me decía que estaba en la isla nuevamente y que si la esperaba un rato me acompañaba.  Le dije que había terminado pero que con gusto podíamos tomarnos un café.   No la veía desde aquella noche y confieso que estaba algo nervioso pues luego de aquel evento no tuvimos mucha comunicación.  De aquella noche comencé una relación seria con Michelle la cual estaba arrepentida de haberme compartido ese día.  Eso hizo que ambos nos distanciáramos de Claudia. 

Claudia llego al restaurante directo de trabajar.  Tenía ropa de trabajo lo cual es una debilidad para mí pero la vergüenza que ambos sentimos bloqueo cualquier sentimiento de erotismo.  Estábamos allí como dos viejos amigos y nuestra conversación siguió como si aquel evento nunca hubiera pasado.  Nuestra amistad estaba intacta y eso era algo invaluable para ambos.  Nos pusimos al día en nuestras respectivas vidas mientras tomábamos una rica taza de café.  Al terminar ella me pidió que para aprovechar que estábamos en el centro comercial la acompañara a hacer unas compras.  Yo ya había hecho mis compras pero quería aprovechar al máximo que tenía mi amiga de vuelta.  Recorrimos todo el lugar donde ella compro sandalias, cartera y ropa para hacer ejercicios.  Confieso que me agrado tenerla de compañera de compras pues se decidía rápido por lo que quería.   En nuestro paso nos topamos con la famosa tienda de ropa íntima, la del secreto que todos conocen.  Aunque me conozco a perfección esa tienda y todo su inventario me dio pudor entrar con ella.  Una vez entre me fui directo al área de cremas y perfumes evitando la lencería y ropa interior. 

Aunque evitaba la cercanía no podía evitar mirar las cosas que ella miraba.  Ella tenía varias piezas en su bolsa y por primera vez en la tarde se veía indecisa.  No la culpo, ya había visto los modelos nuevos y todos eran impresionantes.  Como sabe de mi afición por la ropa íntima femenina, vino donde mí y pidió la opinión.  Le solté una broma que si le daba la opinión me los tendría que modelar a lo que ella pareció estar de acuerdo.  Quite de su bolsa todo lo que no tenía encajes y uno que otro panty demasiado pequeño.   Luego de salir le comente que bromeaba cuando le dije que me los enseñara y ella así mismo lo entendió.   Aproveche ese comentario como oportunidad para hablar sobre todo lo que había pasado.  Le dije que nunca quise que la relación se afectara y que extrañaba a mi gran amiga.  En todo momento ella estuvo de acuerdo conmigo.  Ella para bajar la tensión me dijo que estaba dándole mucho color a la situación pues muchos amigos compartían privilegios sin que sus relaciones se afectaran.   Le dije que no me estaría malo que eso pasara pero que tendríamos que hablarlo bien pues no era algo convencional entre dos buenos amigos como éramos nosotros.  

Como aún era temprano la invite al cine como los viejos tiempos.  La sala estaba vacía y la película no muy entretenida así que continuamos hablando sobre el evento de los pantis pero esta vez de forma picara.  El tema cambio a la última noche que había compartido con ella.   Le dije que con ella había tenido el mejor sexo de mi vida y que lo extrañaba.  Me miro y dijo que ella pensaba igual y que se sintió más cerca de mí luego de ese evento pero lamentaba lo poco que había durado aquel sentimiento.  La conversación se siguió poniendo caliente pues hablábamos de cosas que nos habían gustado de ese día.  Ya las manos de ambos estaban en el muslo del otro.   Nos reíamos como jovencitos que se preparaban para una travesura.   Le pregunte que si estaba segura de seguir y me contesto con la misma pregunta.  Ambos dijimos que sí y cerramos el trato con un beso que duro minutos. 

Nuestras manos continuaron tocando nuestros muslos cada vez más sugestivamente.    Todo era parte de un juego de amigos, uno que solo personas con gran nivel de madurez pueden jugar.    Comencé a jugar con su cuello mientras ella reía pues sabía que llevaba malas intenciones.  En los años que llevaba en el sexo nunca había hecho nada en un cine y estaba dispuesto a hacerlo.   Con malas intenciones quite la división que nos separaba y le pase el brazo por detrás para agarrarla por la cintura.  Bese su cuello y alterne con su boca, ella me demostraba su gusto apretándome el muslo.  Ya mi excitación era visible y ella estaba entrando en calor.  Cuando se disponía a hacer su primera movida notamos que un empleado estaba parado al final de la fila.  No sabía si nos había visto pero definitivamente detuvo el momento.  No nos costó más remedio que terminar de ver la aburrida película.  Una vez salimos del cine le propuse ir a mi apartamento pues teníamos algo sin terminar.

Aunque vivo cerca del cine se me hizo eterno el camino.  La excitación que tenía por dentro era la mezcla de la emoción de tener a la mujer que mejor me había hecho sentir en el sexo junto con la acumulación de tiempo sin intimar.   Llegamos a mi apartamento y no perdí tiempo para recordarle que tenía que modelarme cada una de las piezas que había comprado.  Ella se rio y me dijo que de verdad no pensaba que volviéramos a vernos en ese plano pero que conmigo se sentía excelente pues podía tener mucho que lo que buscaba de la compañía masculina sin las complicaciones que traen las relaciones.  Le dije que me encantaba que pensara así.  Me interrumpió diciéndome que había tiempo demás para hablar luego de que me modelara.

Me senté en mi sofá donde admire una y cada una de las piezas.  Cada vez era más fuerte aguantar las ganas de brincarle encima.  De pronto salió con un panty rosa con encaje blanco, de esos que cubren mitad de nalga.  Lo había combinado con un sostén de mismo color.  De todos era mi favorito y ella lo sabía pues lo había dejado para lo último.  Mientras la admiraba vi que comenzó a buscar canciones en mi reproductor de música que estaba justo sobre mi equipo de música.  Con sonrisa maléfica me miro y me recordó algo que le había confesado en la universidad.  Esto era que siempre quise que me hicieran un baile a los acordes la canción de mi canción favorita.   La canción empezó y se dirigió hacia mí como tigresa que va a atacar su presa indefensa.  Me recline en mi sofá mientras ella se sentaba sobre mí moviéndose como se mueve una mujer cuando disfruta el sexo.   Yo la aguanta por la cintura mientras sentía que el pantalón me comenzaba a apretar.  Se viró para estar arrodillada encima de mí y poder pasar su pecho por mi cara.  Se contoneaba de arriba abajo pasando su cuello y pecho por mi cara para que yo pudiera besarlos.   Me quito la camisa y al compás de la canción fue besándome desde la frente hasta el abdomen.  Ambos nos movíamos como si estuviéramos a punto de llegar al orgasmo pero aun teníamos ropa.  Volvió a ponerse de espalda y yo comencé a besarle la nuca y morderle la espalda.   Ella movía sus caderas para que ambos sintiéramos la excitación del otro.  La canción culmino pero nosotros seguíamos el juego.   Comencé a desabrochar el sostén cuando de repente el sonido de su teléfono trono en aquella sala.  Era el sonido que le había asignado a su madre.   Como no esperaba su llamada se alertó y corrió a contestarlo.   Al escuchar lo que le dijeron su semblante cambio totalmente.  Se puso nerviosa y apenas podía hablar.  Su madre había tenido un accidente y estaba de camino al hospital.

Se vistió rápido y me ofrecí a llevarla pues quería asegurarme que todo estaba bien.   No dijo nada por el camino.   Una vez llegamos al hospital corrió a sala de emergencias y entro al encuentro de su madre. Afortunadamente no había sido nada grave.  Su madre estaba adolorida pero su vida no corría peligro.   Cuando pude entrar a verlas me recibió con un abrazo.  Era el abrazo de una mejor amiga expresando gratitud.  Me miro y dijo que no se había equivocado en la decisión que tomo pues solo una persona en el mundo podía entender cuáles eran sus verdaderas prioridades.   Había tenido a su amante favorito y a su mejor amigo en la misma noche y se sentía feliz con eso.   Una vez dieron de alta a su mama la llevamos a su casa.  Al salir le dije que si quería la llevaba a su hotel y luego buscaba las cosas que había dejado en mi apartamento.  Me contesto que ya que su madre estaba bien aún había algo sin terminar pues todavía no me daba la verdadera sorpresa que tenía para mi esa noche.

No comments:

Post a Comment