Monday, May 26, 2014

De vuelta al pasado

 

Salí justo a las cinco de la tarde pues quería festejar junto amigos y colegas el éxito en un caso importante de mi oficina.  La barra del restaurante que está en mi edificio se llenó de personas de mi oficina y de otras compañías cercanas pues es lo común los jueves y viernes.   Mi grupo consiguió un lugar en una esquina de la barra y las rondas de tragos cada vez más extensas amenizaban aquella tarde.   Habían pasado unas dos horas cuando mi amigo José me comenta que había visto a Teresa, mi exnovia, cenando con un grupo de amigas.  De primera intención aquella noticia me cambio un poco el ánimo pues habíamos terminado hacia un año y era la primera vez que estábamos en el mismo lugar desde el día de la ruptura.  Estaba claro de que en ese momento no quería nada serio con nadie y mucho menos una reconciliación, pero la curiosidad de cómo se vería me hizo pasar al baño para forzar un encuentro.

 

Pasé al baño y de regreso la vi, no sé si era el efecto de los tragos pero me pareció más bella y sexy que nunca.  Se había cortado su largo pelo negro y quizás había ganado unas libras que para mí apreciación mejoraban su aspecto.   De la misma manera que me paso a mí, una amiga fue quien le aviso de mi presencia.   Ella como de costumbre tuvo más iniciativa y fue donde mí a saludarme.   Hablamos un rato y le comentaba de lo bien que se veía y hasta me atreví a decirle que le sentaban de maravilla las pocas libras que había ganado.  Como toda mujer no quiso aceptar que el ganar libras no necesariamente es malo y que a nosotros los hombres latinos nos atraen más las curvas femeninas.    La conversación la interrumpió un caballero que había llegado y parecía que había sido invitado por ella.   Para no seguir acaparando su atención le dije que me estaban esperando en la barra y que había sido un gusto verla.

 

Me fui a la barra, pero no podía evitar mirar hacia su mesa para ver qué tipo de relación podría tener con aquel caballero.   Según pude ver el caballero era amigo del grupo cosa que me calmo la curiosidad.  En ese momento sabía que no era una buena idea seguir buscándola pues nuestra separación fue por incompatibilidades en cosas que ninguno iba a cambiar pero aun así decidí enviarle un mensaje diciendo que en la barra había un trago con su nombre y que solo faltaba que viniera a buscarlo.   Pasaron unos minutos y empecé a dudar que viniera, cosa que le comenté a José.  Él me dijo que era posible que ella hubiera cambiado de número de teléfono pues algunas personas lo hacen luego de terminar sus relaciones.  No había terminado José de explicarme ese dato cuando su cara cambió.  Era que había divisado a Teresa venir hacia la barra.   Llegó a donde nosotros y saludo a los conocidos de mi grupo.  Tuvo charlas triviales con varias personas y finalmente se sentó junto a mí.  Me dijo que sabía bien que era mala idea el yo la invitara a un trago, pero aun así lo acepto.

 

Lo que se suponía que fuera un trago se convirtió en varios.  Hablamos de muchas cosas menos de nuestra relación y mucho menos nuestro rompimiento.   Los efectos del alcohol empezaron a hacer efecto pues ella comenzó a recordar nuestra primera vez en la playa.   No sé si era la emoción de recordar aquel momento, pero ella no me dijo nada cuando puse mi mano en su muslo como marcando territorio.  Seguimos recordando momentos atrevidos en nuestra vida juntos.  Aquel historial de cosas despertó mi deseo cosa que me hizo mover la mano hacia la parte interior del muslo un poco más arriba de la rodilla pues a ella siempre le gusto que la tocara ahí.  Ella miro mi mano y se sonrió diciéndome que sabía bien lo que estaba haciendo.  Yo seguí pasando mi mano por su muslo un rato más hasta que ella agarró mi mano y mirándome fijamente me pregunto que si realmente quería seguir con lo que estaba pasando.  Mirándola fijo y sin dudarlo le conteste que sí.  Acto seguido me agarro la cara y me dio uno de esos besos que te expresan todo el deseo que te tienen en solo pocos segundos.  Me dijo que nos fuéramos de la barra y por poco se me olvida pagar mi cuenta.   Pague mi cuenta y salimos casi corriendo al aparcamiento.  Mi auto estaba en el aparcamiento del edificio por lo que nos dirigimos hacia él.  

 

Una vez llegamos al auto aproveche que este estaba en un lugar oscuro y la agarre por la cintura empujándola contra el este.   Le bese el cuello sacando ella un gemido que casi nos delata.  Le pedí que hiciera silencio pues podían escucharnos.  Ella con voz entrecortada me dijo que lo intentaría pero que no me detuviera.  Del cuello pase a la nuca   mientras mis manos pasaron a sus pechos.  Ella movió su mano hacia mi miembro, que crecía cada vez más mientras sentía su mano.  Yo levanté su falda hasta que pude desnudar sus nalgas.   Le di una nalgada pues era algo que le gustaba mucho cuando teníamos relaciones.  Volví a pegarme, pero esta vez mi mano derecha fue directa hacia su ya mojada entrepierna.   Pase mis dedos por encima de su panty palpando su humedad.   Luego de esto aplique presión y esto hizo que se estremeciera mudamente.   Me hablo al oído diciéndome palabras que solo nos decíamos en esos momentos y que hacían que me excitara más.   Seguí frotando su vulva hasta que me pidió que lo hiciera de manera directa y no a través de su panty.  Introduje mi mano por la parte superior de este llegando directo a su clítoris. Usando dos dedos la penetre, cosa que provocó que me apretara el muslo de tal manera que dejo una marca.  Seguí mi faena por unos pocos minutos hasta que tuve que parar.   Venían dos personas que casualmente estaban compartiendo conmigo en el restaurante.  Teresa se bajó el traje rápido y yo empecé a aparentar que estaba buscando algo.  Las personas pasaron y no notaron nada.  Teresa me pidió que paráramos nuestro encuentro y que la llevara a su auto.  La cercanía de ser sorprendida aparentemente había mermado sus deseos.

 

Nos montamos en el auto y no lo encendí.   La miré fijamente y la volví a besar.  Ella por un momento pareció no estar interesada, pero esto duro poco.  Rápido nos continuamos con el mismo deseo como si nunca hubiéramos parado.   Subí su falda nuevamente y moví la entrepierna de su panty a un lado para volver a tener acceso a su húmeda cavidad.  Usando esta vez mi mano izquierda volví a penetrarla.  Como se sentía más en privacidad no dudo en contonearse como su cuerpo le pedía hacer.   Saqué los dedos solo para poder quitar su panty lo cual hice.   Seguía mi trabajo mientras ella empezaba a masajear mi aun cubierto bulto.   Ella reclino su asiento y abrió sus piernas poniendo la izquierda casi en el volante del auto y la otra en el parabrisas.  Mientras la penetraba su cuerpo se arqueaba tanto que su pecho casi tocaba el techo de mi auto.   De vez en cuando se viraba donde mí y me besaba queriendo arrancar mis labios, al punto que dolía.  A este punto ya no callaban sus gemidos.  Decía mi nombre e incluía varias palabras soeces.   Comenzó a gemir diferente dándome la indicación de que estaba cerca de llegar a su clímax.   Para acelerar la llegada de ese momento comencé a usar mis dos manos simultáneamente.  Con mi mano izquierda la penetraba y con la derecha frotaba su clítoris.  Pasaron pocos segundos hasta que me anuncio que su orgasmo estaba llegando y una vez explotó se desplomó en el asiento.   Se quedó con los ojos cerrados por unos segundos y me confeso que hacía mucho tiempo que no pasaba por ese momento de éxtasis.  

 

Cuando se repuso encendí el auto para llevarla a al suyo.   Empezamos a salir y ella comenzó a tocarme.   Me pidió que siguiera conduciendo y la dejara trabajar.  Desabrocho mi correa y abrió mi pantalón.    Metió la mano por mi pantalón y comenzó a frotar su mano en mi pene.  Ya este estaba tan duro que me molestaba tenerlo preso en mi pantalón.  Le pedí que lo sacara lo cual hizo.    Miro para todos lados para ver si teníamos testigo y al no ver a nadie en la calle lo saco.  Lo apretó suavemente y comenzó su moviendo de abajo a arriba.   Me masturbo mientras pasaba varias calles.  Me pase el lugar donde estaba estacionada pero no intente virar.  Seguí guiando mientras ella continuaba su tarea.   Ella me pregunto si los cristales de mi auto estaban los suficientemente oscuros como para que no nos sorprendieran y le dije que estaban un poco más oscuro de lo que permitía la ley.  Esto pareció calmar sus nervios pues acto seguido se inclinó sobre mí y me beso.  Como pude respondí su beso mientras manejaba.  Ella se sonrió diciéndome que esperaba que me gustara lo que iba a pasar.    Bajo su cabeza y se dirigió directo a pasarle la lengua a la cabeza de mi miembro.  Hizo movimientos circulares con su lengua y luego la bajó por todo el tronco hasta llegar a los testículos.  Volvió a subir cubriéndolo con su lengua hasta que llego arriba e introdujo la cabeza en su boca.  Una vez allí la succiono y paso su lengua esta vez internamente.   Todo esto ocurría mientras seguía masturbándome.   Como su falda aún estaba arriba volví a jugar con su aún más húmeda cavidad.   Ella prosiguió a succionarlo con un ritmo casi perfecto.   Así siguió mientras recorrí varias veces las mismas calles solo por disfrutar el evento.  En una de esas vueltas me toco hacer el alto pues el semáforo estaba en rojo.  Ella me pregunto qué había pasado y le dije que no parara.  Pude notar que al lado tenía un vehículo conducido por una mujer y que esta estaba pendiente de lo que ocurría en mi auto.  Al parecer mis cristales no eran tan oscuros como creía.  La dama miraba con curiosidad y casi con aprobación el evento que pasaba entre mis piernas.  Una vez cambio a verde la luz nuestra testigo siguió su camino no sin antes regalarme una sonrisa. Teresa estaba tan enfocada que nunca se enteró de su fanática. 

 

Ella siguió su tarea y quizás por apurar la situación empezó a combinar mano y boca en el mismo movimiento.   Yo empecé a sentir esa pérdida de aire que antecede la culminación del acto.  Ella me conoce y sabe que cuando comienzo a jadear ella está cerca de completar su tarea por lo que comenzó a hacerlo más rápido.  Yo comencé a dirigirla diciéndole que no parara y que aumentara su intensidad.  Seguimos así hasta que fui yo quien le anuncio que terminaría.  Ella siguió su ritmo hasta que yo explote mientras ella borraba toda evidencia del acto.  La explosión fue tan violenta que confieso perdí el control del auto por varios segundos.  Ella siguió succionando hasta que sentí que me vacié por completo.  Tuve que buscar el primer espacio disponible para detenerme y poder recobrarme de aquella emoción que me dejo sin fuerzas.  Una vez me recobre, ella volvió a su lugar y puso el asiento en la posición derecha.  Nos reímos un rato y la lleve a su auto.   Ella se montó en su vehículo y la escolte hasta que llego a su apartamento.  Como tenía trabajo al otro día yo seguí mi camino hacia el mío.

 

Al otro día me llamo e intentamos retomar una conversación como la del día anterior pero no fluía.  Evidentemente la sobriedad traía nuevamente esas actitudes que nos habían separado.  Le pregunte si quería volver a tener algún encuentro casual conmigo y ella me dijo que sentía que el sexo era increíble pero la relación no era igual.  En ese momento estaba buscando algo estable y no estaba dispuesta a comenzar a jugar juegos que no tenía manera de ganar.    Nos despedimos cordialmente mientras sacaba algo de mi bolsillo.  Era su panty que lo había conservado como recuerdo de la noche que me reencontré con mi ex.

Monday, May 19, 2014

Divertida Reunion

Lunes en la mañana en la oficina y recién comenzaba una llamada en conferencia con un cliente que mi firma tiene en los Estados Unidos.  Es un caso en que quiero trabajar así que tenía todos los sentidos puestos en la llamada para no perder detalles.  Mi jefe estaba a mi lado como líder de la reunión cosa que me hacía atender todos los detalles de aquella reunión.

 

En medio de un corto receso verifiqué mi teléfono y pude notar un mensaje que me había dejado Claudia.  Me saludaba desde su trabajo en Estados Unidos pues no hablábamos casi unas tres semanas.   La conversación fue liviana, poniéndonos al día sobre nuestros trabajos, salidas en fin las cosas que le cuentas a tu mejor amigo.  Como toda mujer ella muere por los zapatos así que me dijo de su última compra.  Eran de taco alto y los traía puestos, me dijo que ese día sentía que era la mujer más bella del mundo.  Ella es muy linda y si tenía esa opinión era porque de veras debía estar espectacular ese día.  

 

Luego de varios mensajes mi jefe me anuncio que íbamos a continuar la llamada así que se lo comunique a Claudia.   Comenzó igual como lo deje, poniendo extremada atención a los detalles, pero esta vez pendiente al celular pues Claudia no me había escrito.  Pasaron unos minutos y llego su mensaje con una foto de sus piernas donde se veían sus zapatos.  Poco le puse atención al zapato y me enfoqué en como adornaban sus piernas.    Como la conozco sé que la tomo con la intención de captar mi atención y así lo hizo.  Los zapatos eran rojos y rápido comencé a fantasear con ellos haciendo juego con un conjunto de ropa interior del mismo color.  Ya mi foco en la conversación se había perdido un poco, pero dada mi localización en la mesa no lo habían notado.  Le envié un mensaje a Claudia hablándole de lo que tenía en mente.  Ella me contesto que precisamente eso tenía puesto debajo de su traje.  Como todo buen abogado quise pruebas de ese dato y poco después recibí una foto de ella sentada en su escritorio con el traje levantado hasta la cadera donde claramente se veía un hermoso tanga rojo.  Mi atención paso a ser toda de ella pues ella sabe lo que me gusta y me lo daba.   Le dije que la evidencia era buena pero no contundente pues ella sabe mi fijación por cómo se ven las nalgas cuando llevan tangas.   Un minuto más tarde recibí una foto tal y como la pedí.  Ella se había levantado su traje hasta la cintura y había tomado la foto mostrando como ese hermoso panty hacia ver más grande su perfecto trasero.  Para ese entonces ya yo daba señales de excitación pues mi miembro estaba tan duro que el bulto era notable.   Con suerte nadie veía nada pues la mesa del salón me tapaba.   Ella conociéndome más que nadie me pregunto si ya habían hecho efecto las fotos a los que conteste que sí.   Al igual que yo pidió evidencia de los hechos.  Le dije que sería difícil hacerlo pues no podía salir del cuarto donde estaba.  Me dijo que me las ingeniara para hacerlo pues ella también quería mirar.  

 

Muy cuidadosamente puse mi teléfono encima del bulto de tal manera que pudiera mostrarle el resultado de su trabajo.  Saque la foto, pero el sonido que hace la cámara cuando saca una foto me delato.  Aquel sonido fue casi un trueno ya que llego justo en una pausa que hizo mi jefe para pensar.  Como era de esperarse todos en el cuarto se me quedaron mirando y solo me resto decirle que había sido sin querer que se sacara la foto.

 

La reunión continúo rápidamente pero mi nivel de adrenalina se triplico.  Esa sensación de hacer cosas prohibidas crea más excitación que cuando las haces sin riesgos.  Le envié la foto y ella me la devolvió con una de su vestido desabotonado en la parte superior donde se veía su lindo sostén.   También llego uno diciendo que había cerrado su oficina y que podía hacer las cosas libremente.   Le pedí que se quitara el traje y me enviara una foto donde pudiera apreciar su ropa interior junto con sus lindos zapatos.   Me envió la foto que le pedí pues tiene un espejo grande en la oficina.  Para ese momento mi bulto llego a tal magnitud que el roce con el pantalón me creaba placer.   Se lo comunique así mismo y ella me informo que hacia un rato que había empezado a rozar sus dedos en su entre pierna.  Me escribió que estaba que la foto de mi bulto logro humedecerla y que una vez cerro su oficina comenzó a hacerlo.   Me dijo que si quería dirigirla podía hacer cosa que tome como tarea seria.  Le escribí que siguiera rozándose, pero solo con una mano, la otra la usara para rozar sus senos.  Me contesto que lo hizo y que no resistió quitarse el sostén dejando libre sus pechos.  También me escribió que sus pezones están duros y que sentía mucho placer pasando sus dedos sobre ellos.

 

Yo por mi parte comencé a rozar mi miembro con la mano y así se lo hice saber junto con la instrucción que se terminara de quitar la ropa para que pudiera tocarse libremente.   Así lo hizo y siguiendo mis próximas instrucciones comenzó a tocarse su clítoris usando los dedos del centro de su mano derecha.  Se frotaba haciendo movimientos circulares sobre este mientras se apretaba el seno con la otra mano.  Ya para ese entonces me dijo que tuvo q ponerse una servilleta en la boca para no dejar escapar los gemidos que salían de ella.  Mi próxima instrucción fue que se penetrara con sus dedos y así los hizo me dijo que estaba tan excitada que tuvo su primer orgasmo que si al momento de introducirse los dedos.  Yo entraba en desesperación pues quería perder el control y terminar como ella lo hizo, pero no podía.   Ella a pesar de haber terminado siguió con su acción solo cambiando su posición a petición mía.  Le dije que quería que lo hiciera como si yo la estuviera penetrando en la posición del perrito.  Ella me confeso que quería gritar y tampoco podía.  Le pregunte si aún conservaba el juguete que una vez le había regalado y me dijo que siempre andaba con él.  La próxima instrucción fue usar el juguete.  Se sentó nuevamente en su silla y abriendo sus piernas comenzó a penetrase no sin antes activarlo para que la vibración aumentara la reacción.   Tuvo su segundo orgasmo minutos después.   Yo ya no podía resistir y como casi un milagro el cliente pidió otro receso.  Esta vez dada la cercanía con el almuerzo se decidió retomar la reunión luego de regresar de almorzar.   Salí casi corriendo a mi carro, como vivo cerca de la oficina no me tarde ni cinco minutos en llegar a mi apartamento.  Para ese entonces Claudia se había vestido y había salido a almorzar, pero un mensaje mío la intercepto era una foto de mi miembro erecto con un mensaje de que yo podía jugar libremente también.  Esto la encendió nuevamente pero ya estaba montada en su vehículo.  Le pedí que guiara a un punto seguro donde se pudiera estacionar y pudiera complacer mis peticiones.  Busco un lugar alejado en el estacionamiento del centro comercial donde planeaba comer y comenzó nuevamente a seguir mis instrucciones esta vez de voz.  Le dije que quería que se quitara la ropa interior y comenzara a jugar, pero esta vez la quería escuchar a plenitud.  Sus gemidos que salían del altavoz de mi teléfono invadieron todo mi apartamento.  Gritaba mi nombre y yo casi sin piedad tocándomelo gritaba el de ella.  Me decía que se movía tanto que su auto se movía también.   Yo seguí moviéndolo cada vez más rápido según escuchaba que ella aumentaba su intensidad.  Como la conozco tanto ya sabía que estaba a punto de tener su orgasmo de almuerzo y yo el mío.  Pasaron varios segundos cuando ambos anunciamos simultáneamente con gritos que el orgasmo había llegado.  Mi descarga caliente salió expulsada como lava en volcán en erupción sus gritos duraron casi un minuto y luego hubo silencio.  Ambos tratábamos de reponernos a esa reacción simultánea.  Luego llego una risa casi imparable era el resultado del estrés saliendo de nuestros cuerpos rápidamente.   Aquel evento no planeado había servido de terapia para ambos.  Luego de eso ambos tomamos un almuerzo y seguimos nuestro día de trabajo.  Yo pude aportar más a la reunión por la tarde.  Cuando iba de salida me llego otro mensaje de Claudia.  Esta vez era un enlace para descargar un archivo.   Para mi sorpresa era una excitante colección de los audios de nuestro encuentro incluyendo otro audio de un aperitivo que tuvo ella sola en su apartamento.  Con evidencia como esa nadie podría perder un caso.

 

 

 

Wednesday, April 23, 2014

El campo y tu

Llevaba saliendo dos meses con Patricia, la famosa abogada con quien me había re-encontrado hacía un tiempo atrás cuando ella me comento de pasar un fin de semana en la casa de campo de su tío.  Había una reunión familiar de fin de semana y ella al parecer quería presumir de su última conquista.  No me agrado mucho la idea de entrada pues podría dar una idea errónea de nuestra realidad romántica.  Como no tenía nada que perder accedí a ir con ella, cosa que la puso muy emocionada.

Llegamos a la montaña luego de una tarde de paseo por nuestra hermosa isla.   Cuando llegue me sentí abrumado por la cantidad de personas que estaban en la reunión.  De ser un perfecto extraño pase en dos minutos a ser el protagonista del momento.   Sus tías me hicieron toda clase de pregunta desde cual fue el lugar donde nos conocimos hasta que planes tenía con ella.  Solo pude sobreviví esa tarde y la noche gracias a la ayuda de los primos de Patricia.   A la hora de dormir me tomo de sorpresa que Patricia me dejara dormir solo en un cuarto.  Aun cuando en el ambiente jurídico era una mujer muy poderosa seguía siendo la nena de papa en su familia.  Luego de ese día creía merecerme una sección amorosa para terminar de botar mis energías y dormir bien.   Confieso que tuve la idea de raptarla durante la noche pero el sueño me domino.

Me levante temprano y cuando salí el desayuno ya estaba listo.  De veras que me trataron como rey esa mañana.  De pronto entro Patricia al comedor con unos cortos que le resultaron en un regano de su padre por la poca tela que tenían.  Ella lo hizo para llamar mi atención cosa que cumplió a la perfección.  Una vez terminamos el desayuno decidimos salir a caminar.  Sus primos menores se auto-invitaron a nuestra aventura dañándome los planes.  Empezamos por el camino principal y dejamos que ellos tomaran la delantera.  Una vez estaban a cierta distancia empecé a agarrarla por las caderas para que se diera cuenta que tenía malas intenciones.  Sus ojos comenzaron a brillar dejándome saber que ella también tenía los mismos deseos que yo tenía.  Así seguimos una rato pero esta vez era mi mano el acariciaba sus nalgas.   Pause un momento cuando sus primos regresaban a donde estábamos para traernos unas chinas que habían cogido de la finca.  Me comento que sabía de un lugar donde podríamos pasar la tarde pues tenía una charca y habían arboles de sombra.  Al escuchar la propuesta casi todos los primos decidieron no ir pues era algo lejos y solo se quedaron dos dañándome la tarde.   Después de casi media más por fin llegamos al lugar, era una charca con una cascada con un paisaje digno de una foto.  

Los primos no dudaron en meterse en la charca mientras yo buscaba un lugar donde descansar.  Yo no me metí pues el día se había nublado y había caído un lejano trueno.  No habían pasado veinte minutos cuando Patricia recibió la llamada de su tía diciéndole que los primos tenían que regresar.  Mi día había mejorado instantáneamente con esa llamada.   Los chicos se fueron bajo protesta pues querían seguir un rato mas en la charca.  No habían pasado cinco minutos de quedarnos solos cuando me le acerque a Patricia y la agarre por la cintura desde la parte trasera.  Como tenía un rabo, su cuello quedaba descubierto a merced de mi boca.   Bese su cuello mientras le dejaba saber con mi bulto que la deseaba enormemente.  Subí mis manos y agarre sus senos a la vez que mordí su nuca.  Pase mi lengua por su cuello llegando hasta su oreja la cual mordí suavemente.  Ya para este punto ella estaba jadeando de placer.   La vire y bese intensamente mientras ellas quitaban mi camisa.  Beso mi cuello y pecho mientras yo le quitaba la blusa y el sostén.   Había una roca a la orilla del rio lo suficientemente grande para acomodar su cuerpo.  La recosté a esta y comencé a comerme sus pezones.  Pasaba mi lengua de forma circular por toda la circunferencia de su aureola y chupaba su pezón sacando gritos cada vez que lo hacía.   Ella mordía mis orejas salvajemente a la misma vez que yo atacaba su pecho.  

Bese su abdomen y baje hasta su pantalón. Desabroche su pantalón y pase mi lengua por su liza pelvis.   Quite su pantalón y quedo solo en panty.  Beses sus muslos y palpe su húmeda vulva.  Se le escapo un tímido gemido.  La mire fija y le recordé que estábamos solo, quería escucharla sin ningún tipo de freno.  Como no podía aguantar moví el panty hacia el lado y pegue mi boca así cuerpo.  Pase mi lengua desde arriba hacia abajo mientras ella se estremecía de placer.  Con mis manos separe sus labios para tener acceso directo a su clítoris el cual ataque con mi lengua usando movimientos circulares.  Alternaba estos movimientos succionando.  Moví mi lengua a los laterales y volví a pasarla esta vez completamente extendida sobre toda la cavidad.   Procedí a poner la lengua dura y usarla para penetrarla.  Ella gemía sin ningún control.  Sus gemidos le hacían coro a los truenos que cada vez eran más frecuentes.  Introduje mis dedos en su cavidad buscando su punto escondido el cual encontré de la primera.  Comencé a penetrarla a la misma vez que chupaba sus jugos cuando nos sorprendió un enorme aguacero.  Le dije q no se moviera y seguí mi tarea cada vez más intensa mientras la lluvia nos empapaba. Allí todos mojados seguíamos pegados y yo seguía sin misericordia siguiendo sus instrucciones que me decía que aumentara intensidad.  Sus gemidos ahora eran gritos, cosa que me encendía como nunca antes me había pasado con ella.  Seguí penetrándola y chupando hasta que anunciándomelo exploto en mi boca.  Se desmorono sobre mí temblando y sin fuerzas. 

Una vez se compuso  me quito el pantalón y la ropa interior.  Mi hombría expuesta cayó casi instantáneamente en su boca.  Esta vez no hubo besos, comenzó a succionarlo al momento. Yo la agarraba por su mono dirigiendo el ritmo.  Allí arrodillada frente a mí me hizo sexo oral bajo el cada vez más fuerte aguacero.  Yo sabiendo que mi excitación era tanta la retire y me acosté en la piedra.  Ella se  acomodó sobre mí y mi miembro se introdujo en ella casi sin ayuda sacando el más grande de los gemidos.   Ella puso sus manos sobre mi pecho y comenzó a menearse con movimientos de caderas que amenazaban con aleccionarme.  Alternaba movimientos pélvicos circulares con movimientos de adelante hacia atrás.  Esta vez era yo quien gemía de placer.  Siguió mientras yo agarraba sus nalgas sin robarle el ritmo que ella había implantado.  Ella tenía todo el control y yo estaba a su merced.  Sus movientes eran cada vez más rápidos y agresivos.  Allí los dos bajo el torrencial aguacero estábamos envueltos en gran ritmo.  Decidí tomar el control y la agarre por la cintura.  Comencé a penetrarla esta vez yo haciendo el movimiento.  Subía mi pelvis a la vez que la empujaba por las caderas hacia mí.  Sentía que mi miembro entraba hasta más no poder.  Sus gemidos se convirtieron en estruendos de placer.  Mis movimientos eran cada vez más rápidos mostrando la cercanía de mi clímax.  Seguí así mismo subiendo mi ritmo hasta que en un grito de placer le anuncie que terminaría.  Deposite toda mi carga dentro de ella mientras ellas temblaban nuevamente pues también había terminado.

Nos quedamos allí acostados bajo la lluvia por varios minutos.   El aguacero mermo y decidimos darnos un chapuzón para limpiarnos el olor a sexo.  Así cogimos nuestro camino hacia la casa donde nos esperaba el almuerzo.  Esta vez la conversación incisiva no me molesto.  Lo único que les dije fue que nunca olvidaría mi experiencia en el rio.


Saturday, March 29, 2014

Simplemente Amigos

Miércoles  en la tarde y miraba mi teléfono con la esperanza de que llegara un mensaje que me sacara del aburrimiento.  Por primera vez en mucho tiempo no estaba viendo a alguien pues había terminado con Michelle, mi amor platónico de universidad.  La relación estuvo bien por los primeros dos años pero hacia unos meses que la chispa había mermado dado a la falta de tiempo juntos.  Era un momento de crecimiento profesional para mí pues había aceptado una posición como socio en otro bufete y este movimiento tenía mi agenda llena.   Eso había sacado de mi vida a Michelle pues ella tenía otros planes que evidentemente no iban alineados a los míos.

Como había hecho por el pasado mes salí sin rumbo a buscar que comer y como tenía que hacer unas compras fui al centro comercial.  No soy de tardarme mucho en mis compras así que llegue rápido a un restaurante que había abierto recientemente.  Como estaba lleno solo pude encontrar un lugar en la barra, cosa que no era nueva para mí pues solía sentarme solo a comer.  Me senté y luego de un rato ojeando el menú ordene la comida que me sugirió el cantinero.  A lo que esperaba tome mi celular y empecé a ver mis redes sociales esperando enterarme de las últimas noticias de mi entorno.  Ya cuando no tenía nada que ver se me ocurrió compartir mi localización para que la gente se enterara que ya había ido al nuevo restaurant.  Recibí varios mensajes deseándome buen provecho y bromas sobre el tiempo de espera que usualmente se crea cuando algo es nuevo.   Llego la comida la cual no lleno para nada mis expectativas  y cuando estaba por pagar la cuenta entro la llamada  de mi amiga Claudia, si la misma Claudia que hacía varios años me había dado una de las mejores noches de mi vida.  Ella había visto mi localización y me decía que estaba en la isla nuevamente y que si la esperaba un rato me acompañaba.  Le dije que había terminado pero que con gusto podíamos tomarnos un café.   No la veía desde aquella noche y confieso que estaba algo nervioso pues luego de aquel evento no tuvimos mucha comunicación.  De aquella noche comencé una relación seria con Michelle la cual estaba arrepentida de haberme compartido ese día.  Eso hizo que ambos nos distanciáramos de Claudia. 

Claudia llego al restaurante directo de trabajar.  Tenía ropa de trabajo lo cual es una debilidad para mí pero la vergüenza que ambos sentimos bloqueo cualquier sentimiento de erotismo.  Estábamos allí como dos viejos amigos y nuestra conversación siguió como si aquel evento nunca hubiera pasado.  Nuestra amistad estaba intacta y eso era algo invaluable para ambos.  Nos pusimos al día en nuestras respectivas vidas mientras tomábamos una rica taza de café.  Al terminar ella me pidió que para aprovechar que estábamos en el centro comercial la acompañara a hacer unas compras.  Yo ya había hecho mis compras pero quería aprovechar al máximo que tenía mi amiga de vuelta.  Recorrimos todo el lugar donde ella compro sandalias, cartera y ropa para hacer ejercicios.  Confieso que me agrado tenerla de compañera de compras pues se decidía rápido por lo que quería.   En nuestro paso nos topamos con la famosa tienda de ropa íntima, la del secreto que todos conocen.  Aunque me conozco a perfección esa tienda y todo su inventario me dio pudor entrar con ella.  Una vez entre me fui directo al área de cremas y perfumes evitando la lencería y ropa interior. 

Aunque evitaba la cercanía no podía evitar mirar las cosas que ella miraba.  Ella tenía varias piezas en su bolsa y por primera vez en la tarde se veía indecisa.  No la culpo, ya había visto los modelos nuevos y todos eran impresionantes.  Como sabe de mi afición por la ropa íntima femenina, vino donde mí y pidió la opinión.  Le solté una broma que si le daba la opinión me los tendría que modelar a lo que ella pareció estar de acuerdo.  Quite de su bolsa todo lo que no tenía encajes y uno que otro panty demasiado pequeño.   Luego de salir le comente que bromeaba cuando le dije que me los enseñara y ella así mismo lo entendió.   Aproveche ese comentario como oportunidad para hablar sobre todo lo que había pasado.  Le dije que nunca quise que la relación se afectara y que extrañaba a mi gran amiga.  En todo momento ella estuvo de acuerdo conmigo.  Ella para bajar la tensión me dijo que estaba dándole mucho color a la situación pues muchos amigos compartían privilegios sin que sus relaciones se afectaran.   Le dije que no me estaría malo que eso pasara pero que tendríamos que hablarlo bien pues no era algo convencional entre dos buenos amigos como éramos nosotros.  

Como aún era temprano la invite al cine como los viejos tiempos.  La sala estaba vacía y la película no muy entretenida así que continuamos hablando sobre el evento de los pantis pero esta vez de forma picara.  El tema cambio a la última noche que había compartido con ella.   Le dije que con ella había tenido el mejor sexo de mi vida y que lo extrañaba.  Me miro y dijo que ella pensaba igual y que se sintió más cerca de mí luego de ese evento pero lamentaba lo poco que había durado aquel sentimiento.  La conversación se siguió poniendo caliente pues hablábamos de cosas que nos habían gustado de ese día.  Ya las manos de ambos estaban en el muslo del otro.   Nos reíamos como jovencitos que se preparaban para una travesura.   Le pregunte que si estaba segura de seguir y me contesto con la misma pregunta.  Ambos dijimos que sí y cerramos el trato con un beso que duro minutos. 

Nuestras manos continuaron tocando nuestros muslos cada vez más sugestivamente.    Todo era parte de un juego de amigos, uno que solo personas con gran nivel de madurez pueden jugar.    Comencé a jugar con su cuello mientras ella reía pues sabía que llevaba malas intenciones.  En los años que llevaba en el sexo nunca había hecho nada en un cine y estaba dispuesto a hacerlo.   Con malas intenciones quite la división que nos separaba y le pase el brazo por detrás para agarrarla por la cintura.  Bese su cuello y alterne con su boca, ella me demostraba su gusto apretándome el muslo.  Ya mi excitación era visible y ella estaba entrando en calor.  Cuando se disponía a hacer su primera movida notamos que un empleado estaba parado al final de la fila.  No sabía si nos había visto pero definitivamente detuvo el momento.  No nos costó más remedio que terminar de ver la aburrida película.  Una vez salimos del cine le propuse ir a mi apartamento pues teníamos algo sin terminar.

Aunque vivo cerca del cine se me hizo eterno el camino.  La excitación que tenía por dentro era la mezcla de la emoción de tener a la mujer que mejor me había hecho sentir en el sexo junto con la acumulación de tiempo sin intimar.   Llegamos a mi apartamento y no perdí tiempo para recordarle que tenía que modelarme cada una de las piezas que había comprado.  Ella se rio y me dijo que de verdad no pensaba que volviéramos a vernos en ese plano pero que conmigo se sentía excelente pues podía tener mucho que lo que buscaba de la compañía masculina sin las complicaciones que traen las relaciones.  Le dije que me encantaba que pensara así.  Me interrumpió diciéndome que había tiempo demás para hablar luego de que me modelara.

Me senté en mi sofá donde admire una y cada una de las piezas.  Cada vez era más fuerte aguantar las ganas de brincarle encima.  De pronto salió con un panty rosa con encaje blanco, de esos que cubren mitad de nalga.  Lo había combinado con un sostén de mismo color.  De todos era mi favorito y ella lo sabía pues lo había dejado para lo último.  Mientras la admiraba vi que comenzó a buscar canciones en mi reproductor de música que estaba justo sobre mi equipo de música.  Con sonrisa maléfica me miro y me recordó algo que le había confesado en la universidad.  Esto era que siempre quise que me hicieran un baile a los acordes la canción de mi canción favorita.   La canción empezó y se dirigió hacia mí como tigresa que va a atacar su presa indefensa.  Me recline en mi sofá mientras ella se sentaba sobre mí moviéndose como se mueve una mujer cuando disfruta el sexo.   Yo la aguanta por la cintura mientras sentía que el pantalón me comenzaba a apretar.  Se viró para estar arrodillada encima de mí y poder pasar su pecho por mi cara.  Se contoneaba de arriba abajo pasando su cuello y pecho por mi cara para que yo pudiera besarlos.   Me quito la camisa y al compás de la canción fue besándome desde la frente hasta el abdomen.  Ambos nos movíamos como si estuviéramos a punto de llegar al orgasmo pero aun teníamos ropa.  Volvió a ponerse de espalda y yo comencé a besarle la nuca y morderle la espalda.   Ella movía sus caderas para que ambos sintiéramos la excitación del otro.  La canción culmino pero nosotros seguíamos el juego.   Comencé a desabrochar el sostén cuando de repente el sonido de su teléfono trono en aquella sala.  Era el sonido que le había asignado a su madre.   Como no esperaba su llamada se alertó y corrió a contestarlo.   Al escuchar lo que le dijeron su semblante cambio totalmente.  Se puso nerviosa y apenas podía hablar.  Su madre había tenido un accidente y estaba de camino al hospital.

Se vistió rápido y me ofrecí a llevarla pues quería asegurarme que todo estaba bien.   No dijo nada por el camino.   Una vez llegamos al hospital corrió a sala de emergencias y entro al encuentro de su madre. Afortunadamente no había sido nada grave.  Su madre estaba adolorida pero su vida no corría peligro.   Cuando pude entrar a verlas me recibió con un abrazo.  Era el abrazo de una mejor amiga expresando gratitud.  Me miro y dijo que no se había equivocado en la decisión que tomo pues solo una persona en el mundo podía entender cuáles eran sus verdaderas prioridades.   Había tenido a su amante favorito y a su mejor amigo en la misma noche y se sentía feliz con eso.   Una vez dieron de alta a su mama la llevamos a su casa.  Al salir le dije que si quería la llevaba a su hotel y luego buscaba las cosas que había dejado en mi apartamento.  Me contesto que ya que su madre estaba bien aún había algo sin terminar pues todavía no me daba la verdadera sorpresa que tenía para mi esa noche.

Wednesday, March 19, 2014

Simplemente Amigas

 En mi carrera he visto casos que impactarían a cualquiera y yo no soy la excepción.   Trato mis casos de manera profesional y no hago juicios sobre ellos.  Tuve uno que, aunque lo litigue de manera imparcial si tengo que reconocer que impactó mi vida privada.  Al final del día soy de carne y hueso y bastante sensible a los temas que envuelven las relaciones y el erotismo.

 

Todo comenzó cuando vino a mi oficina una chica a la que llamaré Amanda.   Ella quería buscar asesoramiento legal pues había sido suspendida de su empleo por tener una relación en su entorno laboral.  De primera le dije que tenía las de ganar pues no veía porque ese detalle pudiera lograr aquella sanción.

  

Amanda comenzó como supervisora de enfermeras para el tercer turno de un conocido hospital de la capital.  Ella es una chica de linda cara y espectacular pecho, al menos es lo que su recatado atuendo me dejo apreciar.  Además de eso ella tenía una peculiar sensualidad en su manera de hablar que luego de varias entrevistas con ella me di cuenta de que no era nada malintencionado.  Me comentó que esto le había traído problemas por malas interpretaciones de la gente pero que lo había manejado bien.

 

En el turno de Amanda ya trabajaba una técnica de terapia respiratoria a la cual llamaré Sofía.  Sofía era de aspecto tímido y callada.  Ella era casada y tenía una niña pequeña.  Era de baja estatura y de cuerpo muy proporcionado.  Hasta que llegó Amanda era la chica más codiciada del turno.  

 

Dado a el que compartían muchas horas de trabajo juntas se hicieron buenas amigas.  Sofía le comentaba a Amanda sobre sus situaciones matrimoniales, y vida íntima.  Amanda también le compartía lo que pasaba en su vida con los dos chicos que frecuentaba en ese momento.   Ambas se protegían de quienes acechaban su área de trabajo y se reían de los atrevimientos que estos tenían.  Habían desarrollado tanta confianza que Sofía constantemente hacia bromas sobre el cuerpo de su amiga y lo que haría de tenerlo muy en especial su pecho.  Ese comentario era tan seguido que daba la impresión de envidia, cosa que Amanda ya había pensado, pero no le había hecho mucho caso.

 

Un día Amanda tuvo que cubrir múltiples turnos dado a las numerosas ausencias de personal de enfermería.  Solo sobrevivía cogiendo pequeñas siestas en una sala que el hospital tenía para descanso de personal que trabajaba más de un turno.  En el turno que compartía con Sofía se veía exhausta por lo que la mandaron a dormir unas horas para que pudiera asistir cuando más flujo de pacientes llegara.  Amanda le dejo instrucciones a Sofía que solo ella podía ir a despertarla pues era la de confianza allí.  Además, le dio la llave para que solo ella pudiera entrar.

 

Una vez llego al cuarto se quitó el pantalón y se abrió su blusa para estar más cómoda.  Se arropo con una pequeña frisa e inmediatamente se quedó dormida.  Paso una hora y Sofía quiso ver si su amiga estaba bien por lo que se dirigió al cuarto usando la copia de la llave que tenía.  Cuando entro se encontró a Amanda profundamente dormida en el sofá.  La frisa se había caído así que vio su cuerpo casi desnudo.  Se le quedo mirando detenidamente a su pecho, pero no con envidia sino con algo de curiosidad.  Cerró la puerta con seguro y busco una silla la cual puso junto al sofá.  Por un rato velo el sueño de Amanda y admiro su cuerpo como si lo deseara.  Se había dado cuenta que su fijación por aquel pecho provenía del deseo que le tenía y se preguntaba la razón de ello pues nunca había sentido atracción por una mujer.  La atracción y curiosidad cada vez se apoderaban de ella.   En un impulso incontrolable puso la mano sobre un seno de Amanda.  Era duro y tan amplio que la mano no lo podía cubrir completo.  Con la misma mano toco el otro una y otra vez, pero Amanda no se despertaba.  Su morbo la llevo a querer saber cómo sería el seno descubierto o al menos como Amanda tenía los pezones.  Procedió a bajar poco a poco el sostén hasta que pudo lograr que el pezón se asomara.   El hecho de ver la desnudez de su amiga hizo latir sus partes en clara indicación de excitación.  Su curiosidad ahora estaba en cómo se sentiría tocar el pecho de otra mujer.   Con duda y casi temblando agarro aquel erecto pezón.  Se sentía suave, más que los de ella.  Lo frotó por un rato hasta escuchar la voz de su amiga increpando el acto. Su corazón se detuvo, no sabía qué hacer.  Por el mismo nerviosismo no se percató de que nunca dejo de tocarla.  Amanda la miraba pasmada sin moverse.  Su cara denotaba asombro, su cuerpo estaba inmóvil.  Se miraron a los ojos, pero Amanda no reaccionaba.   Sofía al ver que su amiga no hacía nada por evitar la situación cogió confianza y desabrocho el sostén dejando aquellos impresionantes pechos al descubierto.  Agarro los dos pechos y comenzó a frotar los pezones usando sus pulgares.  La cara de Amanda era de incredulidad y solo se limitaba a mirar.   Sofía mirándola fijo a los ojos bajo su cabeza hasta que probó el sabor de cada uno de los pechos.  Pasaba su lengua de forma circular causando un leve jadeo en Amanda.  Tomo la punta de uno de los pezones y lo succiono causando el primer gemido.   De pronto miro a su amiga a los ojos y pregunto si quería que se detuviera a lo que esta movió su cabeza en señal de negación. 

 

Con sonrisa en la boca Sofía continúo su tarea esta vez besando el cuello hasta que llego a los labios.  Dio un pequeño beso y bajo su cabeza para seguir su exploración.  Siguió con los pechos hasta que se percató que Amanda tenía su mano dentro de su panty.   Ya había reaccionado y se daba placer.  Sofía le saco la mano e introdujo la de ella.  Usando su dedo anular e índice froto la ya húmeda vulva hasta sacarle los primeros gemidos.  Recordando que estaban en el trabajo tapo la boca de Amanda para mantener su encuentro en secreto.  Sofía siguió frotando el área mirando a Amanda directo a los ojos y disfrutando la cara que ella ponía.  Amanda prosiguió a quitarla la blusa a Sofía.  Esta se detuvo y se puso de pie frente a ella.  Amanda luego quito el pantalón y sostén.  Allí estaban las dos desnudas del torso para arriba.  Sofía se sentó a su lado y Amanda por primera vez toco sus senos.  Sus caras se hicieron una nuevamente, pero esta vez ambas cooperaron en el beso.  Amanda beso el cuello de Sofía y los hombros mientras Sofía mordía sus orejas.  Bajo y besó los no tan grandes pechos de Sofía hasta que esta sacara un gemido.   Amanda siguió chupando los pezones y Sofía volvió a masajear su área hasta logro llevarla a su primer orgasmo.  Cuando Amanda volvió a recuperar su foco devolvió la dosis poniendo sus dedos en la cavidad de Sofía.  Allí estaban las dos masturbándose mutuamente mientras sus labios no se separaban.  Sofía llegó al orgasmo el cual disfrutó en silencio y no gritando como hubiese querido.  Estaban exhaustas, pero querían seguir.   Fue Sofía quien tuvo la iniciativa de conocer con su boca a qué sabía el tesoro de su amiga.  Quitó su panty y abrió sus piernas.  Inexperta al fin comenzó a aplicar placer bajo la guía de su compañera quien decía lo que tenía que hacer.  Por fin consiguió el ritmo y Amanda se dejó llevar hasta que exploto en la boca de Sofía. 


Le tocó el turno a Amanda de experimentar y tal como lo hizo su amiga siguió instrucciones al pie de la letra.   Estaba llevando al clímax a Sofía cuando esta la tomo por la cabeza, la levanto y la puso en posición para que ambas dieran y recibieran placer a la vez.  Así, una sobre la otra en posición de sesenta y nueve hicieron una coreografía de sexo que hacía que cada vez sus gemidos fueran más altos.   Ambas al unísono introdujeron sus dedos en sus ya hinchadas cavidades y lamieron sus clítoris a la vez.  Ya en el clímax de momento ambas usaron dos dedos para darse placer mutuamente.  El ritmo fue cada vez más rápido hasta que ambas se estremecieron por el que fue el más poderoso orgasmo que habían experimentado en su vida.  Ya exhaustas y sudadas se vistieron.  Se reían pasmadas de lo que había ocurrido hasta que alguien toco a la puerta.   Era la seguridad del hospital que le pedía que los acompañaran.

  

En el puesto de comando de la seguridad estaba esperando la gerente de recursos humanos.  Les pidió que vieran por un momento el monitor.  En él estaba la escena de ellas teniendo sexo.  No lo sabían, pero el cuarto al ser una sala solitaria había sido equipado con equipo de seguridad.  Fueron suspendidas de empleo y sueldo de inmediato.  Eso trajo a Amanda a mi oficina esa mañana.  Quería demandar a su empleador por violación a la privacidad.  Una vez conocí los detalles del caso le informé que tenía las de perder, pero ella así lo quiso.  Como parte de la recolección de pruebas pedí el video.  No lo presente pues le informe que no quería exponer a su amiga.  El caso se vio y llegaron a un acuerdo con el hospital.  Ambas continúan laborando en su empleo, pero no en el mismo edificio.  Aún conservan una amistad especial fuera del trabajo.  Por mi parte, conservo una copia del video para mí.  Su encuentro se convirtió desde ese día en la pieza preferida de mi colección.

 

Sunday, March 16, 2014

Lucha de Poder

Llegue tarde a la convención de la rama en donde trabajo.  Dando mi ronda vi muchos colegas ya ostentando sus barrigas criadas a son de cerveza y comida chatarra.  Dentro del bullicio pude notar una feminidad conocida.  Era Patricia la chica practicante que la firma donde trabajaba contrato una década atrás.  Yo era un abogado con suficiente experiencia para ya no ser llamado novato cuando ella comenzó así que me la dieron de ayudante en un caso que trabajaba.  Aunque siempre he estado atraído a mujeres mayores ella tenía algo que siempre me atrajo.   Tenía gran personalidad y siempre tenía ocurrencias que me hacían reír.  Además de eso tenía un hermoso cuerpo y una bella sonrisa.  Fue la protagonista de mis fantasías en más de una vez.  Nunca se lo dije pues violaría mil políticas del departamento de recursos humanos. 

Al cabo de los años ella se había convertido en toda una abogada famosa y muy poderosa.  Ya la había visto varias veces en el periódico pues defendió casos de gran renombre.   Hicimos contacto visual y me sonreí con ella.  Ella vino a saludar y se me echo encima con un abrazo digno de aquella jovencita que conocí.  Me saludo casi gritando la palabra “mentor”.  Esto me recordó que ella me veía como una figura de respeto aun cuando ella era más influyente que yo en el ambiente jurídico.

Charlamos por un rato de nuestra vida profesional y privada.  Le dije que había terminado mi relación con Jenny mi novia de par de años y ella me conto de lo difícil que era conservar un esposo siendo una mujer con tanto éxito y poder.  La charla se extendió por horas y aunque no se lo hice saber me tenía hipnotizado la evolución de aquella mujer.   Ella se vio muy atenta y tengo que reconocer que una vez me vio no compartió con nadie más ese día. 

 

Culminó la convención y cada cual siguió su camino.  Intercambiamos mensajes de tono profesional por meses hasta que se acercó la convención nuevamente.  Esta vez le dije que me estaría quedando en un apartamento que poseo pues me quedaba cerca de donde sería la convención.  También le comenté que quería cocinar para ella y otras amistades de nuestra antigua firma.  Ella accedió al igual que un grupo selecto de amigos.  Ella llego primero que todos y me ayudo con la actividad como si fuera la señora de la casa.  Se quedó hasta que todos se fueron y me ayudo a recoger.  Le pedí que se quedara y me acompañara a bebernos la última jarra de sangría que quedaba.

 

Le dije de un pequeño espasmo que me fastidiaba la existencia hacía unos días.  Ella sin dudarlo comenzó a masajear el área.  Esto hizo que se me erizara todo el cuerpo.  Ella pregunto qué porque la reacción y le confesé que no podía evitarlo, que era la manera de mi cuerpo reaccionar al tacto de una mujer que me gustaba mucho.  Ella saco la abogada que llevaba adentro y me increpo por qué le decía eso en ese momento y no antes.  Le atribuí la culpa al respeto que le tenía y el no dañar una bonita amistad.  El sentimiento de respeto que ella recibió sirvió de afrodisiaco pues pude notar cómo cambió su cara de amiga a depredadora. 

 

Mirándome a los ojos me dijo que siempre le llame la atención también pero que el destino nos apartó.  Seguimos nuestras palabras cada vez más intensas hasta que la bese.   Ella se me pego a mí y rápido sintió los efectos de ese deseo. Nos besamos por largo rato cada vez más apasionados. Palpo con su mano averiguando si mi equipo valía la pena el paso que estaba a punto de dar.  Me emocione pues pensé que la haría mía en ese momento, pero ella tenía otros planes.  Ella se separó de mí y me dijo que el encuentro seria bajo sus condiciones y que no era el momento.  Me dio un beso en la mejilla y se marchó dejándome grave.  Confieso que tuve que tomar una ducha larga para desquitarme de ese momento.

Al otro día la vi en la convención durante el desayuno.  Me volvió a saludar con un beso en la mejilla, pero esta vez las esquinas de nuestros labios se tocaron.  Me abrazo y me susurro al oído que le diera la llave de mi apartamento porque ella necesitaba preparar el banquete de esa noche.  Le di las llaves y me fui a una conferencia.  No atendí nada pues mi mente solo pensaba en lo que me esperaba esa noche.  Al finalizar el día de la convención fui al gimnasio para darle tiempo a prepararse.  Una vez termine mi rutina me asegure de estar listo para ella y así lo hice.   La llame y le informe que pronto llegaría para que se preparara.  Ella ya estaba lista, me dio las instrucciones de que llegara directo a mi cuarto lo cual hice.  Cuando llegue estaba ella con una lingerie morado de encajes.  El panty era pequeño, casi un hilo y sus anchas caderas y hermosas piernas eran adornadas por ligueros de igual diseño.  La cama tenía pedazos de tela en las esquinas, cosa que me dio mucha curiosidad.   Ella camino hacia mí y beso.  Me dijo que ella tenía el poder y que yo debía de obedecer.  Al parecer su poder en la vida se reflejaría en el cuarto. 

 

Me quito la ropa y beso el pecho.  Yo la agarre por las nalgas y me la eche encima.  Mordí su cuello y hombros suavemente.  Su instrucción llego clara, ella quería que la amarrarla a la cama y le hiciera el amor.  Quería sentirse dominada por primera vez en mucho tiempo y solo lo podría lograr yo, la última figura de poder que tuvo en su vida.  La amarre de las manos dejándola indefensa. Deje sus piernas sueltas para poder hacer mi trabajo.  Tome un pedazo de tela y vende sus ojos, esta acción no estaba en sus planes.   La bese fuertemente alternando con mordiditas en los labios.  Bese su cuello y hombros y se me ocurrió algo.  Salí un momento a la cocina dejándola allí a merced mía y regresé con un vaso con hielo.  Chupe un hielo y cuando mi boca se enfrió la bese.  Abrí su brazzier exponiendo sus pezones color marrón.  Agarre sus senos y pase mi fría lengua por uno de sus pezones.  Vi como este se endureció inmediatamente dentro de mi boca.  Una vez duro, lo mordí suavemente a la vez q ella se retorcía indefensa.   Tome un hielo y lo pase por su vientre a la vez que baje besando hasta su pelvis. 

 

Volví a usar hielo en mi boca para enfriarla.  Pase mi lengua helada por su clítoris aun cubierto por su lindo panty sacando un grito de desesperación.  Moví el panty a un lado y comencé con mi trabajo en su caliente área.  Lamí su parte mil veces, hasta que me dijo que sentía que quería explotar.  Se movía rápidamente para que parara mi acción, pero es ahí donde intensifique mi poder sobre su cuerpo que ya era mío. Intensifique mi juego hasta que se sintiera lo suficientemente excitada para llegar al clímax.   Me encargue de hacerla venir tantas veces, que suplicara que la penetrara. Introduje mis dedos y comencé a penetrarlos haciendo presión en su punto G.  Combine esta acción con más lengua sobre su vulva.  Seguí hasta que exploto sobre mi cara con un chorro caliente a la vez que temblaba de placer.  Una vez se calmó me pidió que le acercara mi miembro a su boca así que la complací.  Probó mi cabeza lamiéndola hasta que lo arropo con su boca.  Lo masajeo con su lengua y lo succiono con furia.  Cuando vi que estaba en extremo enfocada en su faena lo saqué.  Le demostré que se haría todo a mi manera y eso la excito más.

 

Quité su panty y ella abrió sus piernas en clara sospecha de que sentiría mi poste. Puse mis manos en su cintura y le hice sentir un poco de lo que le iba a regalar.  Me suplico que se lo introdujera, pero quise torturarla, y me iba a disfrutar aquel momento como si fuera el último. Se lo metí solo un poco y pude notar como sus muslos se mojaban. Ella ya estaba exhausta, pero aún faltaba sentirme completo.   Poco a poco hice que sintiera mi pene entrando, yo podía ver como continuaba torciéndose de placer.  Comencé a penetrarla con tanta fuerza que sentía que la cama se partiría. Ella comenzó a llegar a orgasmos y estos comenzaron a ser tan fuertes que su cavidad se contraía tanto que me empujaba el pene hacia afuera.  Seguí mi ritmo y cuando estaba a punto de llegar otra vez, aguanté sus caderas con fuerza y se lo metí completo dejándolo dentro más tiempo, lo sacaba suave y lo metía duro.  Pude sentir como su vulva se convertía en un musculo fuerte que se contraía y relajaba, varias veces. Sentí como la cavidad me lo agarraba y lo soltaba cuando se contraía, esto era algo que no había sentido antes. Esto siguió hasta que no pude aguantar más y lo saqué para derramar mi caliente esperma por todo su torso.  La descarga fue tan grande que le cayó en su boca, callando momentáneamente sus gritos. Este lamio sus labios probando cual era mi sabor.   La solté y quité su venda.  Me miro con cara de satisfacción.  Había cumplido su fantasía de ser sometida a en el sexo.  Hicimos el amor tres veces más, pero esta vez no había nadie dominando.

Nos seguimos viendo sin otra expectativa que pasarla bien.  Yo tuve un caso notable que me puso a su nivel de poder.  Creo que estoy preparado para ser yo el que sea sometido y sé que ella estará encantada de hacerlo.

 

 

 

 

 

 

 

Wednesday, March 12, 2014

Maestra

Sábado en la tarde y le dejo mi auto último modelo que recién acababa de comprar al muchacho del aparcamiento.  Por primera vez desde que empecé a trabajar podía pagar por no tener que estacionar mi auto y caminar.  Acababa de llegar a la boda de un buen amigo de universidad en un lujoso hotel de la capital.  Entré a la recepción y rápido identifique la mesa donde estaría esa tarde.  Mi invitación era para dos personas, pero iría yo solo pues acaba de terminar una relación de 3 años con mi novia de universidad.  Era el único de mi mesa que estaba sin pareja, de hecho, de toda la recepción. 

 

Por fin paso el acto protocolario del brindis y las fotos el cual tenía a todos sentados mirando la barra en vez de a los novios.  Casi corriendo me dirigí a la barra y pedí un whiskey en las rocas.  Di una vuelta por el salón a saludar varias personas y volví a la barra donde me sentía más en confianza.    Pensé en irme rápido pues no me estaba divirtiendo nada y cuando iba saliendo del local el novio me interceptó.  Le dije que me sentía fuera de grupo pues todos tenían pareja menos yo.   El para consolarme me llevo al área designada para la familia donde tenían una barra aparte.

 

Allí conocí a gran parte de la familia de él y la de su ahora esposa.  Solo había una cara conocida entre toda su familia, su hermana mayor Marta.   La recuerdo de varias veces que nos llevó a nuestro apartamento de la universidad.  Ella estaba sola en una esquina de la barra con su largo traje azul y una copa de vino en la mano.  Parecía molesta pero aun así me acerque a saludarla.  La salude con la esperanza de que se recordara de mí para poder tener con quien hablar.   El hecho de que se acordara de mí no me dio gracia pues me hizo sentir como un niño al hacer referencia a mi nombre en diminutivo.  Eso hirió un poco mi ego pues ya me creía un adulto experimentado.   La invité a otro vino mientras pedí un trago para mí.  Allí conversando me conto que su mal de humor había sido causado por su exesposo y las coordinaciones con sus hijos ya no tan pequeños. 

 

Dentro de la conversación me pregunto si yo bailaba a lo que conteste que sí.  Yo había tomado unas clases de salsa básica justo antes de separarme de mi exnovia así que sentí confianza en bailar.  Se levantó de su silla y pude admirar su figura.  Me sorprendió el encontrarla más atractiva que antes.  Los años habían sumado unas libras, pero en los lugares indicados.  Su traje era largo pero abierto al frente y cuando caminaba dejaba ver sus impresionantes piernas.  Fuimos a la pista de baile y lo que se suponía que fuera una pieza se convirtió en varias canciones de la orquesta.   Luego de bailar fuimos a la barra y tras pedir otras copas la acompañe a fumarse un cigarrillo.

 

Una vez regresamos al salón, volvimos a la pista de baile y esta vez bailamos de todo.  Al finalizar la participación de la orquesta, el maestro de ceremonia llamo a los solteros para el tradicional lanzamiento de la liga.  Allí estaba yo parado con todos los demás solteros.  Mi amigo hizo la rutina que todos los recién casados hacen y finalmente lanzo la liga.  Yo trate de agarrarla, pero otro con más ganas que yo me la arrebato a último momento.  Al llegar donde ella me recibió diciéndome que no me preocupara que quizás la suerte me llegaría más tarde en la noche.  Yo tomé eso como coqueteo, pero rápido recordé que era la hermana mayor de mi amigo y volví a mi papel de niño para ella.

 

Luego de los últimos actos protocolarios la gente comenzó a marcharse así que pensé en hacer lo mismo.  Cuando me despedí de ella me dijo que la barra familiar la había pagado ella y que aún quedaba tiempo para que cerrara.   Nos dimos una ronda más de tragos antes de que ella me dijera que si quería acompañarla a su cuarto a buscar su cartera.  Ella quería salir a tomar unos tragos más en otro lugar lejos de los ojos de su familia.    La acompañe hasta su cuarto con la intención de esperarla afuera, pero ella me miro como madre que regaña a su hijo sin decir palabra.  No tuve más opción que obedecerla, aunque no quería que la gente pensara algo erróneo.

 

Al entrar pude notar que tenía varias piezas de ropa interior sobre su cama.  No pude evitar que mi vista se centrara en ellas.   Ella estaba en el baño y cuando salió me sorprendió embelesado.   Me pregunto que si pensaba que eran bonitas a lo que asentí.  Me pregunto que si mi ex solía ponerse piezas así y tuve que admitir que las que ella usaba no eran tan provocativas como las de ella.   Luego me pregunto que si mi novia me complacía en todo y orgullosamente le dije que no tenía quejas de ella en ese aspecto. 

 

Me senté en el mueble junto a la cama a lo que ella se retocaba.  Me pidió que la ayudara a ajustar la correa de uno de sus tacos.  Coloco su negro taco en el mueble donde estaba sentado, justo entre mis piernas.  Empecé a ajustar la correa, pero mi vista estaba puesta en el muslo que se había revelado ante mí. La división del traje se abrió exponiendo toda su pierna.  Pude notar que tenía un liguero puesto.  Esto si me puso de muy buen humor lo cual ella noto de inmediato.   No dudo en preguntar si me gustaba mucho lo que veía.  Mi le dio la respuesta, no tuve que decir palabras.  Ella me dijo que podía tocar su pierna si quería a lo que accedí inmediatamente.  Su pierna era suave pero muy sólida.  El toque desde la pantorrilla hasta la parte alta del muslo donde me detuvo.  Me agarro la mano y ella misma la llevo entre sus piernas.  Estaba algo húmeda y muy caliente.  Yo la frote usando mi pulgar al tiempo que ella se trincaba.  Me pregunto que si quería que siguiéramos a lo que tímidamente conteste que sí. 

 

Me agarro por el pelo y me empujó hacia atrás.  Soltó su traje el cual se abrió revelando una figura que me impresiono grandemente.  Su cuerpo evidentemente cuidado también reflejaba los pasos del tiempo y el efecto de su doble maternidad.  Nada más perfecto que la imperfección de una mujer madura.  Llevaba un sostén que atrapaba sus grandes senos.  Su liguero servía de marco para un hermoso tanga color azul que hacía juego con todo lo que llevaba puesto.  Me pidió que me pusiera de pie y me quito el gabán del traje, la corbata y la camisa.  Me beso por primera vez.  Ese beso era muy diferente a todos los que había experimentado antes.  Mordió mis labios como si los quisiera arrancar y me gustó.  Me quitó el pantalón incluyendo la ropa interior.  Me empujo a la cama y se me hecho encima.  Me dijo al oído que ella tenía el mando y que me dejara llevar por ella.  Yo entre excitación y nerviosismo accedí inmediatamente. 

 

Bajo besando mi pecho hasta llegar a mi erecto pene.   Una vez ahí paso la lengua sobre la punta de este hasta llegar a mi entrepierna.  Beso mis testículos, uno a la vez y subió continúo lamiendo mi miembro usando la lengua.  Una vez llego a la punta nuevamente lo agarro con una mano y lo introdujo en su boca. Así comenzó a chupar a la vez que lo masajeaba con ambas manos.  Yo trate de mover mis manos hacia su cabeza, pero esta me las agarro dejando solo su boca hacer el trabajo.  Quería asegurase de tener todo el control y que yo me limitara a disfrutar su sexualidad.  Siguió chupando por un rato hasta que casi gritando le informe que iba a terminar.  Al escuchar esto ella aumento su intensidad hasta hacer que yo terminara en su boca.  Ella succiono toda mi descarga hasta dejarme seco y sin fuerzas.   Estaba en un éxtasis que jamás había experimentado antes.   

 

Ella se levantó de la cama y se fue a tomar un baño.  Yo la seguí y me uní a ella en la ducha.   Allí nos besamos apasionadamente hasta que nos volvimos a calentar.  Esta vez fui yo quien procedió a tocar su sexo y debajo de la ducha complací con mi mano hasta que llego a un corto orgasmo que casi la hace desplomar en la ducha.   Salimos del baño y cada cual seco al otro.  Nos fuimos a la cama y ella se puso en posición de recibir mi boca entre sus piernas lo cual hice.  Introduje dos dedos a la vez que mi lengua acaparaba su clítoris.  Comenzó a gemir y poco después a decir palabras que en otra ocasión me hubieran enfadado pero que allí lograron excitarme como nunca.  Seguí con mi ritmo hasta que esta pidió que usara otro dedo para tocar su botón trasero.  Nunca me habían hecho tal pedido, pero me aventure.  Esto hizo que ella se contoneara el doble demostrándome cuales eran sus preferencias.  Acto seguido me pidió el famoso beso negro el cual le di hasta que ella se viro boca abajo levantando las nalgas en clara demostración de que quería que siguiera haciéndolo.  Aprovechando su posición agarré mi miembro y lo introduje en su ya empapada cavidad.  Me pidió que agarrara su pelo y lo halara.  Ella, aunque sometida en esa posición seguía comandando el encuentro.  Halándola por su pelo seguí golpeando mi cuerpo contra sus nalgas hasta que esta lo agarro.  Respiro profundo y me pidió que entrara por su otra cavidad.   Nunca lo había hecho, pero solo tuve que empujar pues ella lo guiaba asegurándose que este entrara bien.  Se sentía muy diferente pues era mucho más estrecho y caliente.  Una vez entré en calor la agarre por sus amplias caderas y continúe mi ataque contra sus nalgas.  Nuestros cuerpos siguieron su cadencia hasta que termine dentro de ella.  Esta vez fui yo quien se derrumbó cayendo sobre su espalda.  La mañana nos sorprendió haciendo el amor por cuarta vez esa noche.  Yo llegué a ese cuarto tímido e inexperto y Salí de ese hotel experimentado en las artes del sexo.  Volví a verla varias veces más en calidad de estudiante hasta que ella se reconcilio con el padre de sus hijos.  Los años han pasado y mis siguientes parejas han podido disfrutar todo lo que desde esa noche me enseño mi Maestra. 

 

Sunday, March 9, 2014

Reunion de ex-alumnos

No soy de ir a reuniones de encuentros de exalumnos, pero esta sería una especial para mí.  Mi querida amiga Claudia vendría de Estados Unidos por primera vez en siete años para un reencuentro que ella misma había planeado.  Ella fue mi confidente y paño de lágrimas en la universidad.   Sabía sobre mis aventuras y sobre mi amor platónico, esa chica que estaba a doscientos años luz de mí.  Aunque éramos muy amigos, Claudia no hablaba mucho sobre su vida.  Lo único que supe de su vida amorosa fue que perdió su virginidad con su novio de escuela superior, el cual siguió rondándola hasta graduarnos de universidad.

 

El día de la reunión la fui a buscar al aeropuerto y casi no la reconocí cuando llegó.  Aquella chica flaquita, tímida y con aspecto de chica que solo vivía para estudiar se había convertido en una mujer sofisticada, segura, que jamás pasaría por desapercibida en ningún lugar.  Yo al igual que ella había evolucionado también.  Ya no era el chico roquero de pelo largo y extremadamente despistado.  Me había convertido en un exitoso abogado con porte de modelo de revista, pero sin los abdominales que usualmente estos tienen.  Como era el mismo día de la reunión me pidió que la llevara al hotel para dejar su equipaje y luego la llevara al bar donde sería la actividad para terminar con los detalles de esta.  Al llegar pude notar que solo había reservado una mesa.  Esto causo mucha curiosidad pues esperaba que fuera un grupo más grande.  Me aclaro que en la universidad ella no tenía muchos amigos y que solo sería yo y alguien más que había invitado.

 

Tomamos unos tragos hasta que llego la otra persona.  Me sorprendió ver que era Michelle, mi amor platónico.  Estaba tan bella como siempre, parecía que el tiempo no había pasado.  Mi corazón empezó a palpitar y me dieron las tan trilladas maripositas en el estómago al verla.  Resulta que Michelle fue empleada de Claudia hacía unos años y se habían hecho buenas amigas.  Michelle sabía más de mí por Claudia en sus años de trabajo que lo que yo pude lograr compartir en la universidad.  Claudia le había contado que yo vivía loco por ella y quería conocerme mejor.  Aparentemente no fui tan invisible para ella después de todo pues luego me enteré de que yo le gustaba a ella también.  Ya veía que mi gran amiga tenía planes de cupido y a mí no me molestaba su intensión. 

 

Cenamos y bebimos hasta que nos indicaron que ya teníamos que pagar la cuenta pues había cerrado el negocio.  Como la estábamos pasando tan bien decidimos irnos a bailar a una discoteca que estaba cerca del hotel donde Claudia se estaría quedando.  Bailamos los tres como si fuéramos los mejores amigos de toda la vida.  Ambas recibieron invitaciones de otras personas en la disco para bailar, pero prefirieron quedarse en nuestro cerrado circulo.  Los tragos siguieron pasando y la distancia fue acortándose.  Pronto me encontraba bailando en medio de dos bellas mujeres al ritmo de música electrónica muy sensual.   Claudia estaba bailando detrás de mí cuando me dijo al oído besara a Michelle.   Le dije que no quería hacerlo allí frente a ella para que no se sintiera fuera de grupo.  Ella me contesto que lo hiciera que ella estaba allí por una misión, esta era juntarnos.  Ella se iría a la barra a buscar tragos y yo debía hacer mi movida.

 

Al quedarnos solo, Michelle se sintió invitada a bailar más pegados.  Así ella y yo abrazados, mirándonos a los ojos bailamos hasta que la cercanía de nuestras bocas hizo lo inevitable.  Nos besamos casi tiernamente.  La timidez se apodero de mí en ese momento.  Tenía a mi amor platónico entre mis brazos y ni en mis más locas fantasías había imaginado algo similar.  No desperdicie mi tiempo y la bese nuevamente, pero esta vez demostrándole la pasión que acumule con los años.   Cuando nos separamos pudimos notar que Claudia estaba a nuestro lado con los tres tragos y una sonrisa que denotaba satisfacción.  Había logrado regalarme una de las cosas que más había deseado en la vida.  La sonrisa fue interrumpida por un movimiento brusco que hizo que derramara los tragos sobre la ropa de Michelle.  Era una chica ebria que había perdido el balance y había aterrizado sobre Claudia.  Demás está decir que aquel evento cambio el ánimo de Michelle pues se le había manchado su fino vestido blanco.  Ella quería golpear a la intoxicada chica, pero pronto entendió que fue un evento desafortunado.  Como toda mujer vanidosa, pidió que nos fuéramos pues no quería ser vista con aquel desastre en su traje.  Claudia sugirió ir a su cuarto pues tenía ropa adicional que le podía prestar.

 

Caminamos hacia el hotel y yo era el centro de atención del área pues iba agarrado de manos con dos bellas damas.  Al llegar al cuarto Claudia sugirió abrir el minibar para seguir compartiendo.  Aquel cuarto era una suite por lo tanto tenía una salita con sofá donde Claudia y yo esperamos a lo que Michelle se cambiaba.  Una vez salió quede perplejo.  Solo tenía una blusa, pero aún no tenía pantalón.  Su panty blanco casi imperceptible al ojo revelo el cuerpo que tanto había deseado.  Al parecer sus caderas no cabían en el pantalón que le habían prestado y prefirió dar el mensaje en persona para que yo la notara.   Le dije que su trago estaba servido que nos hiciera compañía y así lo hizo.  Nos reímos y hablamos de nuestro pasado cuando Michelle nos preguntó que, siendo tan cercanos, si nunca paso nada entre Claudia y yo.  Yo le dije que éramos muy cercanos para eso, pero Claudia le dijo que yo nunca la había notado como mujer.  Esa contestación me dejo confundido pues no era del todo cierto.  Yo siempre la encontré linda pero nuestra amistad estaba primero. 

 

Michelle hizo la observación que en la disco había notado cierta química que no es normal entre mejores amigos.  Yo lo había notado, pero se lo atribuía al alcohol.  Me lanzo un reto de besar a Claudia para ver que reacción tendría.  Mire a Claudia y está mirando pícaramente accedió a la prueba.  Casi dirigidos de la mano de Michelle finalmente nos besamos.  La sensación fue diferente a la que había tenido antes esa noche.  Se sintió natural, como si nos conociéramos en esa faena de años.  Los dos sabíamos que hacer con la boca del otro.  Fue un beso perfecto que hizo lo que el de Michelle no logro, excitarme.   Ella era mi mejor amiga de años y ahora era la mujer que mejor me había besado en toda mi vida.  Ese beso fue seguido por varios, casi se nos olvida que Michelle compartía el sofá con nosotros.  Una vez nos separamos Claudia me dice que la intención era que lo hiciera con Michelle y no ella.   Me sentí casi regañado y procedí a besar a Michelle.  Sin planearlo estaba compartiendo besos con dos mujeres bellas y ellas no tenían ninguna objeción con ello.

 

Entre besos quite la blusa prestada que tenía Michelle.  No tenía sostén así que rápido jugué con su pecho.  Lamia sus pezones mientras alternaba con besos. Al mismo tiempo sentí que Claudia desabrochaba mi pantalón dejando al descubierto mi erecto miembro.  Comenzó a masajearlo con una mano mientras con la otra mano me agarro mi cara, demandando atención.  La bese y fue Michelle quien tomó el mando de mi miembro, pero esta vez con su boca.   Estaba allí compartiendo mi cuerpo con Michelle, pero mi atención la tenía Claudia.   Procedí a desvestirla, primero la parte de arriba.  Como no podía moverme por lo que hacía Michelle, fue Claudia quien puso sus pequeños pero duros senos en mi boca.   La agarraba por la cintura y la apretaba sobre mí.  Quité su pantalón como pude y su panty también. 

 

Al poco tiempo sentí que Michelle me soltó.  La mire alejarse del sofá mientras me decía que ese no era su momento.  Ese era el momento de Claudia y no quería quitárselo.  Claudia le dijo que no le molestaba, pero ella insistió en dejarnos solos.  Realmente no se fue, solo se movió a otro mueble y observo silenciosamente nuestra excitante escena.   Claudia no perdió tiempo y se terminó de trepar sobre mí.  Mirándome fijo sin pestañar agarro mi miembro y se dejó caer sobre él.  Ambos soltamos un gemido al unísono.  Ella cerró sus ojos y comenzó a moverse sobre mí como desnudista profesional.  Yo chupaba sus senos y mordía su cuello.  En la lejanía pude percibir un tercer sonido.  Era Michelle que no resistió la escena y decidió jugar consigo.  Esto me encendió más aun y se lo hice saber a Claudia con mis penetraciones.  La tomé por la cintura y la recosté boca arriba.   Baje a explorar su sabor con mi boca.  Me bebí sus jugos una vez la llevé al orgasmo.   Me pidió casi rogando que la penetrara nuevamente.  Me recosté sobre ella y la penetre como misionero lujurioso hasta que termine descargando todo mi deseo en su vientre.  Nos miramos casi pasmados por lo que había ocurrido.  Le había hecho el amor a mi mejor amiga y me gustaba el hecho.

 

Un grito de placer interrumpió el momento.  Era Michelle que estaba a punto de terminar.  Se contoneaba a la vez que jugaba casi abusivamente con su humanidad.  Nos quedamos abrazados mirando como nuestra cómplice lograba emular lo que habíamos hecho segundos antes.

 

Así los tres nos vestimos y hablamos del suceso.  Resulta que el plan era claro.  Claudia quería cumplir un negocio inconcluso conmigo a la vez que quería que yo completara el mío.  Ellas tenían un plan entre sí y se había cumplido una parte.  Claudia se fue dos días después, nuestra amistad nunca fue igual.  Había mutado a algo más íntimo. 

 

Con Michelle fue otra cosa.  Al salir esa noche la lleve a su apartamento donde hicimos el amor por seis horas corridas.  Claudia lo supo al momento pues la llamamos para que nos escuchara.  Esta vez fue ella quien tuvo el momento a solas.  Salí con Michelle hasta formalizar una relación que aún seguimos.   Jamás voy a olvidar esa noche.  Tuve lo mejor de los dos mundos y los dos mundos me tuvieron a mí.