-Vamos por un café?
Esta
conversación con sus variaciones era rutina diaria con mi esposa del
trabajo. Marina es una persona a la que
conozco de toda mi vida laboral y con la que tengo muchas anécdotas. Desde hace muchos años nos hemos convertido
en amigos íntimos sin intimidad. Ella es
la persona que conoce casi todo sobre mi y yo lo mismo sobre ella. Hemos llorado nuestros males de amores y
hemos sido el diablito en el hombro del otro en muchas situaciones de
dudas.
Marina
comenzó a salir nuevamente con Xavier, alguien que en el pasado fue parte
importante de su vida y me mantenía al tanto de todas sus aventuras. Ella siempre me pedía opiniones sobre las
cosas que el proponía y yo normalmente le decía que participara pues solo hay
una vida.
En esta última
conversación sobre la nueva fantasía de Xavier me comento que él quería que
alguien los observara teniendo sexo. Yo
le dije bromeando que eso siempre ha sido un “Turn On” para mí y que era algo exhibicionista
porque quería sentir que alguien me podría estar mirando secretamente. Ella me comento que un principio eso era lo
que había pensado pero que se sorprendió cuando él le aclaro que él quería que
quien los observara estuviera en la misma habitación. Yo bromeando le dije que si quería que esa
persona los evaluara como hacen en las competencias de talento. Ella prosiguió diciendo que esto era
conversación que llevaba varios días pues ella no sentía querer eso. Su mayor complicación era que la ya tenía en
mente a una persona para que les sirviera de jueza. Se trataba de lo que entiendo era una amiga con
quien tenía mucha confianza justo como era yo para ella. Ella me comento que no sabía quién era ella y
que no iba a hacerlo de esa manera. Yo
como todo un buen diablito en el hombro le comenté de todas las cosas excitantes
que yo haría de estar en la posición de ellos y creo que la convencí de
intentarlo. Nuestra hora del café
termino y nos despedimos por la semana pues era ya viernes en la tarde.
La próxima
semana me volvió a invitar al café como era de costumbre. Después de los temas básicos le pregunte que
si había pasado aquello de la fantasía.
Ella me dijo que de eso precisamente me quería hablar. Ella le dio muchas vueltas al asunto,
especialmente a todos los argumentos que yo le había dado y me dijo que hablo
con Xavier sobre ello. Ella le dijo que
estaba dispuesta a hacerlo si, y solo si el observador era YO. A mí se me salió una muy sonora carcajada que
llamo la atención de todo el piso. ¿Como
que yo para esa tarea? Yo solo quería
ser consultor de aquella fantasía, no ser protagonista. De primera le dije que no lo haría pues ya
nuestra relación era otra. Ella me dijo
que yo era la única persona con quien ella se sentiría cómoda haciéndolo pues
nos conocíamos en casi todos los aspectos menos ese. Ante mi negativa me dijo que lo pensara y se
fue a continuar su tarde.
Yo me quedé
pensándolo y le envié un texto donde le comentaba que el encuentro podía ser vía
video llamada. De esta manera yo los podía
mirarlos mientras ellos también me verían a mí.
En ese momento pensé que para todos sería más un poco más llevadera la situación. Marina lo consulto con su amante y me
contestaron que esa manera no era lo mismo pues la interacción entre los tres
no sería la misma. Muy en mis adentros sabía
que tenían toda la razón, pero en ese momento de mi vida estaba tranquilo y
realmente no quería complicaciones adicionales a las que ya tenía.
Pasaron
varias semanas de la última conversación.
Aunque si me había cruzado en la oficina con Marina no habíamos charlado
mucho hasta que una tarde la empresa nos sorprendió con un agasajo por un caso
importante que habíamos ganado. La
compañía tenía una cena en un restaurante de comida italiana para todos los que
tuvimos que ver con el caso. Luego de
culminar la comida un pequeño grupo nos quedamos en el bar y Marina me invito
junto a dos compañeros más a un Speakeasy bar que estaba en la misma zona donde
estábamos. Ese bar era muy discreto pues
confieso que, aunque era asiduo visitante del área, no sabía de la existencia
de aquel negocio.
Nos
dirigimos los cuatro a dicho lugar cuya entrada estaba escondida en la parte
trasera de un colmadito el cual había visitado anteriormente. Para mi sorpresa una vez pasabas la puerta se
asomaba una barra muy fina con luz tenue de tono rojizo. En el bar había muchas personas, pero como
era un área espaciosa no se sentía lleno.
Normalmente soy persona de sentarme en la barra así que vi dos espacios
y los reservé para mí y para Marina. Los
otros dos compañeros se quedaron de pie junto a nosotros. Pedimos el menú de cocteles, el cual se veía
muy apetecible para mi gusto. El
bartender vino donde nosotros, saludo a Marina con mucha naturalidad y nos tomó
la orden. Allí probe casi todo lo que tenía
el menú de cocteles entre charlas y risas.
Los dos compañeros fueron mezclándose con otra gente del bar y nos
quedamos Marina y yo en la barra.
Rato
después el bartender vino donde Marina acompañado de una dama de tez oscura,
alta y esbelta. Se la presenta a Marina
como la amiga de la que le había hablado.
Aquella naturalidad que inicialmente me había dado cierta sospecha se
estaba aclarando. El caballero de la
barra era Xavier, el amante de Marina y le acababa de presentar a la amiga que él
quería los acompañara en su fantasía. Resulta
que aquella amiga de su amante también la dueña de aquel bar y por consiguiente
La Jefa. Viendo aquella estampa no pude
disimular mi cara y cuando Marina me miro me dijo que no era lo que yo
creía. Me confirmo todas mis sospechas,
pero estábamos allí por casualidad y no como algo premeditado. Me dijo que Xavier no sabía que yo era ese
amigo a quien ella le sugirió pues hasta que yo no accediera no iba a revelar mi
nombre tal y como él hizo con su amiga hasta ese día. El hecho de que inicialmente llegamos cuatro
personas y que aun los otros se mantenían en el área hizo que mi identidad se
mantuviera oculta. La jefa nos invitó
una ronda a los tres que acompañábamos a Marina y se quedó hablando con
nosotros un rato.
Paso cerca
de una hora y ya el lugar comenzaba a vaciarse.
Ya del grupo solo quedábamos Marina y yo. La jefa se había sentado conmigo mientras que
Xavier y Marina estaban hablando aparte.
Ya se podía ver las muestras de cariño entre ellos. En una Xavier le hizo una seña a la jefa de que saldría un
momento y la jefa le dijo que ella lo cubría con los últimos clientes. Xavier y Marina entraron por otra puerta
mientras la jefa seguía conversando conmigo y cerrando el local cuando el
ultimo cliente se fue. Le dije que me tenía
que ir pues era el único y me dijo que le hiciera compañía a lo que terminaba
de recoger la barra. Me invito un último
trago el cual tome siguiendo la amena conversación.
Paso un
rato y le señalé que ya si me tenía que ir.
Ella me dijo que podíamos ir donde ellos a que me despidiera. Me dijo que debían estar en uno de los
salones que ella estaba preparando para actividades privadas y que Xavier era
quien lo estaba trabajando. Pude notar
cierta picardía en el tono de la jefa cuando me dijo lo de ir donde ellos.
Segui a la
jefa por la misma puerta que anteriormente vi a Marina y Xavier entrar. El propósito de ese salón era que gente
pudiera tener un compartir más relajado de lo que se estaba en el salón
principal. El salón tenía su propia
barra además de un sofá y varias butacas que formaban una sala. La iluminación era un poco más tenue que en el
salón principal, pero se podía ver sin dificultad. Al entrar pudimos notar que Marina y Xavier
estaban besándose apasionadamente. Marina estaba sentada sobre él y tenía la
blusa abierta donde se podía observar su brazier negro. Xavier, que ya no tenía su camisa puesta, tenía
sus manos apretándole las nalgas mientras la besaba apasionadamente. Ninguno de los dos se había percatado que las
dos personas con las que habían planeado que los observaran estaban allí
parados mirándolos.
Aquel
silencio fue roto con la picara voz de la jefa indicándoles que si aquella
invitación que le habían hecho a ella se iba a concretar finalmente. Aquella voz rompió momentáneamente los
besos. Ambos se quedaron mirándonos y
Xavier dijo que si Marina no tenía problemas ella podía quedarse. Marina le dijo que, si no tenían problemas,
quería que yo también me quedara allí, pues era a quien ella había
invitado. Xavier se rio entendiendo todo
y volvió a besarla. La jefa dijo que
buscaría algo de tomar y que ella se quedaría pues era algo que realmente
quería experimentar. Yo lo pensé un rato,
pero finalmente me senté en una de las butacas que estaban cerca de ellos. La jefa me trajo un vaso con Whisky de la
barra del salón y se sentó en la otra butaca de aquella salita.
Al otro
lado Xavier le quitaba la blusa a Marina dejándola solo en su brazier y su pantalón. Agarrándole las tetas movió el brazier hacia
arriba exponiendo sus tetas solo para su vista pues nuestro punto de vista era
su espalda. Los gemidos describían que
ya Xavier estaba chupando sus tetas mientas apretaba sus nalgas como si
quisiera exprimirlas. En ese momento aun
me sentía bastante fuera de la onda y pensando que rayos hacía en ese
lugar.
Marina
luego de un rato se puso de pie para terminar de quitarse la ropa. Se quito todo menos su panty. Aun se tapaba sus senos cuando sabía que
podían ser vistos por nosotros. También
aprovecho para desnudar a Xavier quien con su erección cautivo la vista de su
jefa a juzgar por la expresión facial que esta hizo. Marina volvió a treparse sobre Xavier, pero
esta vez comenzó a contonearse sobre el claramente frotando su entrepierna
sobre el erecto pene de su amante. Este acto le produjo los primeros gemidos
que hicieron efecto en mí. Ya aquel
sonido me quitaba esa sensación extraña de ver a mi amiga desnuda por primera
vez. Tengo que reconocer que su ropa no
le hacía justicia a un cuerpo que, aunque no era perfecto si era muy atractivo
a mi vista.
Xavier
agarro a Marina por la cintura y la subió sobre el sentadola de un solo
movimiento en su cara. Con una mano
movió el panty de Marina para un lado y comenzó a comérsela con el mejor de los
gustos. Aquel cuarto se inundó de los más
sonoros gemidos. Mientras aquel acto
ocurría mi mano comenzó a frotar la ya notable erección que contenían mis
pantalones. A la misma vez pude ver como
la jefa estaba embelesada mirando y disimuladamente frotando sus pechos atreves
de su vestido. Me quede viendo como
aquel hombre gozaba de mi amiga mientras poco a poco mi mano masajeaba más el
bulto en mi pantalón. Un instante
después pude presenciar como Marina se venía en la boca de su amante y su
cuerpo se desplomo ante el agarre de Xavier.
En ese momento cambié mi vista a la jefa y pude ver que seguía frotando
sus pechos con una mano y la otra estaba en su entrepierna por debajo de su
traje. Ya su cara indicaba que estaba
totalmente enganchada con aquella escena.
Cuando cambié nuevamente la mirada a los amantes, vi como Marina estaba
ya completamente desnuda frente a sus espectadores con sus piernas
completamente abiertas y los dedos de Xavier haciendo movimientos circulares
sobre su clítoris. Simultáneamente Xavier
mamaba sus tetas mientras Marina gemía y se contoneaba. Yo comencé a pajearme a través de mi pantalón
y la jefa hacia lo mismo ya con su pecho descubierto. Mientras seguíamos todos vi como la jefa se despojó
de sus ropas y se sentó en la misma posición de Marina, dándose el mismo placer
que Marina obtenía. Aquellas dos mujeres
sincronizaron sus gemidos como si cada cual fuera la que diera placer a la
otro. Marina abrió los ojos y pudo
observar cómo tanto la jefa como yo nos dábamos placer viendo como ella gemía y
se contoneaba. Cuando vio que yo lo hacía
con mi ropa puesta dijo que no me cohibiera y disfrutara sin límites Yo abrí mi pantalón y lo baje hasta las
rodillas. Agarré mi erecto miembro y
comencé a pajearme con total libertad.
La cara de Marina fue de aprobación pues finalmente aquella fantasía
estaba pasando. Xavier cambio el ritmo
de su faena y volvió a envolver a Marina quien no tardo en venirse nuevamente.
Marina
cuando se repuso, empujo a Xavier hacia el espaldar y se arrodillo frente a él
quedando en cuarto frente a mí. Con una
mano comenzó a pajear a su afortunado compañero. Poco después comenzó a dar cabeceadas que
casi al instante hacían jadear a Xavier.
Dada la posición que tenía Marina frente a mí solo podía verla en
cuatro, ver su cabeceo y escuchar ese sonido tan distintivo de una buena
mamada. El sonido fue opacado por la
jefa cuyo clímax y orgasmo llenaron aquel cuarto. Su orgasmo fue uno estruendoso dejándola
respirando profundamente y con una sonrisa en su boca.
La jefa se levantó
de su silla y se sentó al lado de ellos.
Comenzó a acariciar el pecho de Xavier y a la misma vez el pelo de
Marina como dirigiéndola en su tarea. Poco
después se dirigió donde Xavier y lo beso en la boca. En ese momento Marina detuvo su acción y con
mirada seria le hizo una señal desaprobación.
La fantasía de ambos era el exhibicionismo y Marina estaba clara que era
solo eso. La jefa entendió la situación
y retiro la mano de ambos. Se quedo un
rato mirando todo hasta que su mirada se enfocó en mí. Sin decir palabra camino hacia mí, se paró a
mi lado y comenzó a mirar de más cerca lo que yo estaba haciendo. Luego se fue por detrás de mi butaca y
comenzó a acariciarme el cuello casi como un masaje. Abrió mi camisa y también comenzó a frotar mi
pecho. Ya a esta altura sus firmes y
medianas tetas estaban en mi cara lo que hizo que yo comenzara a besarlas y
pasarle la lengua por sus oscuros pezones.
Sus gemidos comenzaron a fluir nuevamente llamando la atención de Xavier
quien con un gesto alerto a Marina de lo que pasaba. Por un momento los cuatro nos vimos en acciones
similares y sonreímos. La jefa se movió
al lado de mi asiento y doblándose pudo alcanzar mi miembro. Yo le di el control de mi paja a ella
mientras pasé de tocarme a palpar su empapada entre pierna.
Comencé a
frotar circularmente su clítoris con mi pulgar mientras introducía mis dedos
índice y medio en su cavidad. Comencé a
hacer movimientos rítmicos los cuales volvieron a crear aquellos gemidos. En ese momento Xavier subió a Marina sobre él
y comenzó a penetrarla en la posición de la vaquerita invertida. Marina nos mostraba su cara de placer
mientras sentía el pene duro de su amante.
A la misma vez se disfrutaba las pajas que simultáneamente nos hacíamos
del otro lado.
La jefa de un movimiento enterró mi pene en su boca y presionando firmemente
comenzó una mama rítmica. Parecía que
quería hacerme venir antes que Marina lo hiciera con Xavier.
Por varios
minutos los cuatro jadeábamos casi al compás.
Aquel cuarto retumbaba con la sinfonía de sonidos. Por un lado, la jefa entre mamadas y gemidos
por mi constante movimiento de dedos.
Por mi parte mis respiraciones cada vez eran más sonoras y los gemidos
se me escapaban con la intensidad de aquella maestra. De no ser por todo el Whiskey que tome de
seguro ya me hubiera hecho venir mucho antes.
En la otra esquina estaban los gemidos de Marina junto al sonido hipnotizante
de sus cuerpos chocando. Cada vez la
frecuencia de aquellos sonidos aumentaba más.
De repente se pudo escuchar la explosión de placer de Marina quien
obtuvo un hermoso orgasmo y casi de seguido el anuncio de la venida de Xavier
quien la agarro fuertemente por la cintura para asegurase que toda su venida
quedara dentro de ella. Poco después yo
anuncie lo mismo para dejar que la jefa decidiera como y donde terminaría mi
venida. Ella al escucharme apresuro aún más
su ritmo y dejo que mi venida inundara su boca.
Yo que nunca dejé de trabajar con mis dedos seguí mi ritmo hasta que
finalmente sentí la estruendosa venida de la jefa, cayendo sobre mí.
Una vez
todos terminamos nos quedamos mirándonos un rato sin decir nada. Poco a poco nos fuimos vistiendo Marina,
Xavier y yo. La jefa se fue desnuda a la
barra y nos dijo que haría un coctel que hacía poco Xavier y ella habían
creado. Nos trajo el coctel y brindamos
por aquella experiencia donde un cuarteto creo una atmosfera de placer en aquel
lugar.
Pasaron unos días y volví a aquel speakeasy para la inauguración de aquel nuevo salón y el lanzamiento de aquel coctel. Cuando llegue me recibieron Xavier y la jefa con mirada cómplice. En la barra estaba Marina junto a otras personas del trabajo. La jefa llamo a todos para que pasaran frente a la puerta del salón. Develo la placa del salón y esta leía “La Experiencia”. Para todos los invitados había el nuevo coctel el cual bautizo como “El cuarteto”. Demas esta decir que esta no fue la ultima experiencia entre ese grupo, pero eso es parte de otra historia.
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