Tuesday, January 19, 2021

Cronologia

 Querido lector:

 

Este blog es una antología de cuentos sobre las vivencias de un abogado llamado Sebastián Latorre. Para mejor disfrute de los cuentos puedes usar la siguiente cronología como referencia.   Espero que los disfrutes.

 

1.      Maestra

2.      Día de Playa

3.      La chica del cuarto de al lado

4.      De Vuelta al Pasado

5.      Una tarde de domingo

6.      Over Time

7.      Simplemente Amigas  

8.      Reunión de ex-alumnos

9.      Simplemente Amigos    

10.    Divertida Reunión

11.    Lucha de Poder  

12.    El campo y tú

13.    Deuda Pendiente

14.    La noche te da Sorpresas

15     Halloween

16.    Despedida de Año

17.    Cayo Cardona

18.    Irma
19.    Ventana

20.    Tapón

21.    Venganza Online
22.    La noche que conoci a Ana

Venganza Online

Miércoles en la mañana y ya tenía el calendario de trabajo lleno de reuniones virtuales.  Mi outfit del día, camisa de botones roja que no combinaba con mis boxers azules, que naturalmente era lo único que traía puesto de la cintura hacia abajo.  Vestirme bien de la cintura hacia arriba lo encontraba genial, manera cómoda de cumplir con la política de mi compañía que requiere uso continuo de las cámaras para todas las reuniones. 
Luego de una mañana de tensas reuniones, por fin llego un aburrido training.  Lo único que tengo que hacer es aparentar prestar atención.  Para esto abrí unas pantallas de en mi browser y para usar mi WhatsApp y leer las noticias en Twitter.  Entre noticias, bochinches y memes se colaron varios clips porno de lo más interesantes.  Ya que estaba hablando con mi novia decidí enviárselos.  Los primeros eran de formato gif, lo cual no tiene audio.  El ultimo que envié era un video de una escena outdoor el cual contenía audio, y que audio.  Con todo propósito se lo envié para ver que ocurría.  Baje el volumen de mi training y justo ahí el audio del video retumbo por toda la casa.

No pasaron 10 segundos cuando recibo un mensaje de ella que decía “yo te voy a achocar”. Aparentemente ella no tenía silenciado su micrófono y el audio se coló por las bocinas de todos los que estaban reunidos con ella.  Demas esta decir que paso el bochorno de su vida y que todos vieron su reacción en cámara.  Ese mensaje se lo conteste con un “Oops y la carita riéndose”.  Mi respuesta solo provoco un mensaje de amenaza de su parte.
Paso mi adiestramiento y llegó la reunión más importante de la semana.  En esta reunión tenía la responsabilidad de presentar el nuevo proyecto de la firma.  Me puse erguido y empecé mi monologo.  A los pocos minutos de presentar sentí que mi novia entro al cuarto, pero como toda mi atención estaba puesta en el monitor de mi computadora nunca vi para donde ella se dirigió.  Seguí mi presentación cuando de repente siento sus manos tocando mis muslos.  Estaba debajo de la mesa y pude ver sus malas intenciones.  Seguí presentando, pero ella cada vez subía sus manos por los muslos.  Comenzó a pasar sus uñas por la parte interior de mis muslos hasta llegar a mis testículos.  Ahí cambio a pasar la mano abierta por toda el área del pene.  El estrés que esto comenzó a crear hacía que yo no tuviera respuesta alguna.  Ella noto esto y siguió pasando la mano sin éxito.  Como vio que no reaccionaba comenzó a besar el área pasando toda su cara por mi calzoncillo.  Ya mi cara reflejaba tensión, pero tenía que disimular mi incomodidad. 

Como vio que no respondía me quito el boxer de un halón que casi hace que me cayera del sofá.  Ya ahí mi jefe me pregunto que si estaba todo bien.  Le dije una excusa que honestamente no recuerdo.  Yo sabía que no podría resistir mucho más.  Ella ya con mi parte de abajo desnuda comenzó a manosear mi pene con sus dos manos.  Esto causo una erección potente casi al instante de sentir su piel en contacto directo con la mía.  Cuando pudo tener la erección completa en sus manos comenzó a masturbarme lentamente.  No podía mirarla, pero sabía que ella solo miraba la expresión en mi cara y como yo trataba de disimular aquella rica sensación.  Como estaba comenzando con su tarea podía mantenerme en mi disertación y hasta una sensación de relajación tuve momentáneamente.  Cuando vio que no me estaba estresando tanto como ella quería comenzó a mover sus manos rápidamente. Acto seguido añadió la boca a sus manos, en una mezcla de sexo oral con manual.  Definitivamente ella quería vengarse de aquel video que le había enviado.  La manera como estaba haciéndome el oral tenía solo propósito de hacerme venir rápidamente.  Yo como pude baje mis manos tratando de sacarla de lo que hacía, pero ella no me lo permitió.

Ya mi cara se había desfigurado, estaba sudando y mis palabras casi no podían mantener una lógica.  En más de una ocasión mis compañeros de trabajo me preguntaron si me sentía bien.  Sabía que si ella seguía iba a terminar gimiendo frente a la cámara. Estoy seguro de que era lo que ella quería lograr.  Ya las reacciones de mi cuerpo le decían que pronto iba hacerme terminar.  Yo tuve que hacer silencio para tratar de evitarlo.  Se repente ella paró lo que hacía y se salió de debajo de la mesa.  Yo más aturdido que nunca casi lloro en cámara pues necesitaba terminar con aquello.  Ella ya de pie y desnuda me escribió en un papel pegadizo “La venganza es dulce y tú te vas a venir cuando yo quiera”.

Allí yo sin palabras, desnudo de la cintura hacia abajo y con una erección intacta trate de reincorporarme a la presentación, pero ya era imposible.  Mi jefe muy serio me pregunto qué pasaba y yo ya en control de casi todas mis funciones corporales pude inventar la excusa de que había recibido varias notificaciones de los vecinos de que habían visto a alguien robando en mi carro.  Esto causó empatía en mi jefe y el atribuyo todas mis extrañas caras y reacciones a tan seria noticia.  Me dijo que pausaríamos la presentación en ese momento para que atendiera mi problema y que cuando pudiera llamara a otra reunión para terminar.  Desconecte la llamada saque la mesa y le hice señas a mi novia de que viniera hacia mí.   Ella mirándome seria, con cara de molesta se me acerco lentamente.   La agarre por la cintura y ella me saco las manos y me empujó hacia atrás quedando yo acostado en el sofá.  Me dijo que ella tendría el control y que no quería que yo hiciera nada.  

Se sentó sobre mí, me desabotono la camisa y me la quitó.  Sinceramente estaba algo pasmado y esto causo que mi pene perdiera algo de dureza.  Ella lo noto y comenzó a frotarlo nuevamente hasta que volvió a su dureza original.  Mirándome fijamente lo agarro y se lo coloco en su vulva dejando se caer.  Noté que todo aquel ritual de venganza la tenía muy excitada pues estaba muy húmeda y lubricada.  La agarre por las nalgas para comenzar a penetrarla con fuerza, pero ella me saco las manos recordándome que ella tenía el control.  Me dijo que si no quería que me amarra las manos que las pusiera detrás de mi espalda lo cual hice.  

Ella puso sus manos sobre mi pecho y comenzó a subir y bajar suavemente.  Poco a poco la intensidad fue subiendo.   Ella se abalanzo sobre mi poniendome los pechos sobre mi cara y dándome la instrucción de que los chupara.  Yo como novio obediente y consentidor lo hice.  Además de que amo hacérselo siempre que puedo.  Ella siguió cabalgándome sin piedad sacándome los tan ansiados gemidos los cuales quedaron opacados por los que ya ella generaba.  Ella llego al punto de excitación y placer que olvido que tenía el control.  Gritándome me pidió que la agarrara por las nalgas y que “le diera duro”.  Yo muy obediente la agarre y comencé a envestirla con todas mis fuerzas.  Aquel cuarto se llenó de gemidos, pero el sonido tipo aplausos que generaron nuestros cuerpos lo sobrepaso.  Ella en un grito me indico que había llegado a un orgasmo que sin planear fue la señal para yo terminar también. 
Ambos quedamos abrazados en aquel sofá que quedo impregnado con el olor a sexo.  Ella me miró fijamente y me dijo “La venganza es dulce y cuando yo me vengo, me vengo rico como hoy”.  Esto saco una carcajada en mí.  Ahora el problema que tengo es como le hago para solucionar la excusa que le di a mi jefe. 

Tapon

 - ¿Qué haces?  Le pregunte a Raquel mientras miraba la hora en el tapón de las 5:00 PM del expreso.

 -Nada, tomándome una cerveza en la terraza mientras bajo revoluciones, me contesto. 

-Estoy en el tapón cerca de tu apartamento y precisamente en eso pensaba, le respondí. 

Raquel es una buena amiga y compañera de mil batallas en la firma donde trabajaba.  Siempre me atrajo, pero nunca paso nada entre nosotros.  Por mucho tiempo fue mi compañera de parranda, cosa que era interrumpida cuando alguno de los dos comenzaba una relación.

Me dijo que no quería salir, pero si quería pasara por su casa.  Había ordenado una pizza y me dijo que la compartía conmigo.  Llegue a su casa luego de comprar unas cervezas para ambos.  Como era la primera vez que la veía luego de los eventos de la pandemia nos saludamos de puno y tratamos de guardar el distanciamiento.  Le dije que me había hecho la prueba y casualmente ella también, ambos con resultados negativos lo cual hizo que nos quitáramos las molestosas pero necesarias mascarillas.

En menos de veinte minutos nos pusimos al día en el aspecto profesional.  La charla de la vida personal duro algunas 6 cervezas, la pizza y varios shots.  En esos temas se tocó el impacto del COVID en nuestras respectivas vidas sexuales.  Ninguno de los dos había tenido sexo en por lo menos tres meses, cosa que dada a nuestra naturaleza se hacía bastante atípico.    En más de una ocasión se bromeó con la idea de que si no aparecía alguna pareja para tener sexo nos buscaríamos para tenerlo entre nosotros dos. 

La última vez que ella me lo menciono le dije que sabía que ella finalmente no se atrevería.  Me miró fijamente y me dijo que decía esas cosas porque ella sabía que yo sería quien finalmente cedería a la idea.  Al sentirme retado le lance el reto de que si ella era valiente que me besara lo cual hizo sin pensarlo.  Inicialmente me quede pasmado pues pensé que tendría que insistir más en mi petición.  Nos separamos y me dijo que nos dejáramos de juegos volviéndome a besar.  Esta vez mas apasionadamente y con entera cooperación de mi parte.  Yo que estaba sentado me puse de pie y la arrinconé contra la barra donde estábamos bebiendo.  Procedí a agarrarle las nalgas y los senos. Ella agarro mi paquete como palpando si realmente estaba completamente envuelto en lo que allí estaba pasando.  No fue sorpresa que encontró mi paquete completamente endurecido.  La volteé y comencé a besar su cuello, nuca y hombros mientras mis manos jugaban con sus senos.  Le quite el traje que tenía puesto y quedo en ropa interior.  Seguí acariciando sus senos, pero esta vez ya desnudos pues levanté su sostén.  Con mis dedos acariciaba sus pezones mientras seguía comiendo su cuello y empezaba a hacerle presión en las nalgas contra mi pelvis haciéndola sentir toda mi erección.

Bajé una de mis manos y lo metí por la parte delantera de su panty para encontrar toda la humedad que tenía.  Usando mis dedos centrales comencé a frotar su clítoris en forma circular.  Esto hizo que comenzara a gemir descontroladamente.  Su excitación era tal que no pasaron un par de segundos cuando sentí un enorme chorro salir de entre sus piernas el cual me salpico todo el pantalón.  No la deje casi terminar cuando usando los mismos dedos se los introduje de forma arqueada buscando su punto g.  Algo me dice que lo alcance pues a medida que introducía mis dedos sus caderas se contorsionaban sobre mi pelvis con tan son que parecía estábamos bailando.  Sus gemidos ya cubrían toda la terraza.  Mientras seguía ella se dobló pegando sus pechos al tope de la barra.  Yo moví mis dedos y comencé a penetrarla con ellos, pero esta vez desde su parte trasera hasta que volvió a bañarme con su chorro.

Estaba tan excitado que desabroche mi pantalón y saque mi pene de él y comencé a cucarla pasando la cabeza por la superficie de su vulva.  Esto creo una desesperación en ella de tal grado que me grito “Clavameee”.  Al escuchar esto, eche una carcajada y la penetre sin avisar.  Esto provoco un brinco y un gemido ahogado, casi de susto.  Deje mi pene hundido para que lo disfrutara mientras este llenaba toda su cavidad.  Poco a poco se fue relajando y cuando la vi quieta la agarré por las caderas y comencé a embestirla con firmeza.  Nuestros cuerpos comenzaron a aplaudir aquella inusual situación entre ambos.  La bebida hizo que ella disfrutara por largo rato de mis movimientos pues mi faena duro más de lo normal.  Dentro de sus gemidos me pidió que me viniera afuera pues no teníamos protección. Seguí con mi ritmo hasta que una cosquilla aviso que tenía que retirarme.   Poco después cubrí sus nalgas con el producto de aquellos tres meses de excitación.  Me deje caer encima de ella, ambos sobre la barra.  Luego de aquel encuentro ambos nos vestimos y nos quedamos dormidos en los muebles de la terraza.

Al otro día nos levantamos, ninguno de los dos recordaba completamente lo que había ocurrido.  Sabíamos que había pasado algo, pero las lagunas causadas por el alcohol no permitían que tuviéramos detalles.  Unos días después me envió un video.  Era lo que habían grabado las cámaras de seguridad de su terraza esa noche.  Gracias a la tecnología aquel épico encuentro pudo ser disfrutado.