Wednesday, March 17, 2021

El Club de los Mirones

Estaba paseando por los pasillos del centro comercial cuando identifiqué a una figura conocida.  Ella me vio y camino hacia mi saludándome con mucha emoción.  Se trataba de Laura una exnovia con la que pase grandes momentos en mi vida.  Por causas que ahora veo triviales nos separamos hace unos años atrás.  Laura se veía idéntica a como la deje de ver y me emocione mucho al verla.  Ese día lo pasamos juntos charlando primero con café en mano, luego con cena y vino y finalmente entre sabanas y gemidos. 
La vida nos había dado una segunda oportunidad y rápido me monte en el tren de las aventuras con ella.  Con ella comencé a experimentar con otro tipo de turismo que no había tratado antes.  Básicamente nuestra rutina se había convertido en turismo interno y en hospedarnos en hostales y pequeños hoteles.
Viendo las redes sociales encontré un lugar que me pareció curioso.  Se trataba de un hostal tipo burbuja.  Este tipo de lugar tiene la peculiaridad de ser totalmente al aire libre.  Todas las facilidades son totalmente expuestas sin paredes.  Lo único que queda cubierto es el dormitorio el cual consiste en una burbuja plástica transparente que permite que se vea toda la naturaleza que te rodea cuando estas en la cama.  Demas esta decir que el lugar es totalmente privado y seguro para las personas que allí se alojan.  Hice una reservación para un fin de semana, pero el lugar esta tan de moda que tardaríamos un año en poder visitarlo.  Para mi seria perfecto pues estaría cerca del primer aniversario de volver a encontrarnos. Una aventura así sería una buena sorpresa para ella.

Paso un mes y Laura me dijo que tenía una nueva aventura planeada para ese fin de semana.  Me dijo que sería lo más atrevido que haríamos hasta el momento lo cual me dio mucha curiosidad.  Le pedí detalles, pero me dijo que tenía que ser totalmente sorpresa.  Me dijo que acicalara todo mi cuerpo como si fuese a posar desnudo lo cual me dio a entender que iríamos a alguna playa nudista.  Eso no causo mucha emoción en mi pues ya había estado en varias playas y hoteles con esa temática.  Ya había ensenado mis pequeñas nalgas a europeos y caribeños en varias ocasiones.  Como la vi tan emocionada hice caso a su pedido y disimulé mi falta de emoción.
Cuando salimos de mi apartamento vi que no nos dirigíamos en dirección de cualquiera de los aeropuertos que nos pudieran dirigir a las locaciones nudistas que conocía.  Lo único que pude pensar es que había descubierto un lugar local.  Nos dirigimos al norte de la isla y nos adentramos a un área boscosa.  Cuando llegamos a un portón pude darme cuenta de que me había traído al lugar que yo había reservado para nuestro aniversario.  Esto me hizo preguntarle que cuando había hecho la reservación para el lugar pues unas semanas atrás había tratado de conseguir un fin de semana cercano y las fechas eran para meses después.  Ella me contesto que la reservación la había hecho esa misma semana, pero directamente con los dueños, a los que ella conocía personalmente y que ellos hacían actividades especiales que no se anunciaban pues eran para un círculo cerrado de personas.  Su contestación me pareció bien así que volví a entusiasmarme con el local.

Cuando llegamos quede muy sorprendido por la paz y tranquilidad que se percibía en el local.  Físicamente era igual a lo que había visto por internet.   La tarde paso desempacando y explorando las áreas cercanas.  Me aleje del área de la burbuja y cuando regrese me sorprendió ver a Laura desnuda en la piscina.  Al verla le pregunte que porque se había quitado toda la ropa y me contesto que el lugar estaba diseñado para no tener ropa.  En aquel lugar la ducha y hasta el inodoro estaban totalmente expuestos.  Me explico que el lugar era totalmente seguro para pasarlo sin ropa cosa que no termino de darme seguridad. 

Me quité la ropa y me uní a ella en la piscina.  Jugamos de mano un rato y terminamos besándonos en una esquina.  En una pausa de los besos le pregunte por la actividad especial que nos había dado el pase de estar allí.  Me dijo que la actividad especial éramos nosotros mismos.  Ella me confeso que pertenecía a un grupo llamado El Club de los Mirones.  Este grupo de personas eran exhibicionistas y voyeristas y el lugar donde estábamos se había convertido en el lugar ideal para ver a otras personas sin ser vistos.  Me alejé algo enojado pues pensé que sin saberlo un grupo de extraños me había estado mirando desnudo desde que me metí a la piscina.  Ella me dijo que no funcionaba así.  El lugar era seguro siempre, cuando había una actividad del Club los dueños, que eran miembros fundadores, ponían cámaras en lugares que nadie sabía dónde estaban y dependiendo quien fuera ponían hasta algunos drones para transmitir lo que allí pasaba.  Una vez terminaba el fin de semana las cámaras eran retiradas.   También me dijo que los que allí participaban tenían total control de cuando querían ser vistos.  En las todas las áreas se instalaban botones que podían activar y desactivar las cámaras de aquel lugar cuando quisiéramos ser vistos.  

La sorpresa me dejo aturdido pues no sabía si ya me habían visto desnudo un grupo anónimo de personas.  Laura noto mi cara y me tomando su teléfono celular me enseño una aplicación donde en efecto pude notar que no se estaba trasmitiendo nada hasta el momento.  Aquella noticia me cambio el ánimo pues era algo nuevo para mí.  Laura se sintió mal pues entendía que yo tenía más mente abierta para estas cosas lo cual es cierto.  Lo único que me aturdía era no saber quién era la audiencia.  Podía terminar siendo la diversión nocturna de mi jefe o del empleado del estacionamiento de mi edificio y no lo sabría.  En ese caso Laura me aclaro que el Club era parecido a la filosofía de la película “Fight Club”  todos en el club tenían que ser vistos alguna vez para pertenecer a él.  Ella era la última en la rotación y conocía a todos los demás, nadie me conocería o diría algo sobre lo que vio.  Me dijo que no había encontrado a alguien con quien compartir esa experiencia y que yo era esa persona.  Esa contestación bajo algo mis defensas y selle la conversación con un beso.

Seguimos jugando y paseando desnudos por aquel lugar.  Nos bañamos juntos y entramos a la burbuja a recostarnos en la cama un rato.  Allí ella se recostó sobre mí y comencé a jugar con su cabello.  Ella beso mi pecho y me miro tiernamente.  La bese y ese beso se extendió un rato.  Cuando nos separamos ella vio que mi pene ya estaba erecto y de broma me dijo que ya se me había pasado el coraje.  Le dije que sí y proseguí a preguntarle donde estaba el botón en el cuarto.  Ella sorprendida me dijo que estaba al costado de la cama.  Le dije que, si alguien quería verme, me vería haciendo las cosas que realmente a mí me gustaba ver.  Busque el botón por toda la cama hasta que lo encontré y active.  Volví donde ella y me le eché encima.  Como estábamos ambos desnudos no tuve que quitar nada de ropa.  Rápidamente agarre sus hermosas tetas y le chupe sus pezones.  Una vez me comí sus tetas besé su vientre a la vez que comenzaba a rosar su sexo con mi mano.   Ella algo pasmada comenzaba a moverse tímidamente demostrando su placer.   Seguí tocándola hasta que penetré mi dedo índice en ella.  Se sentía caliente y ya estaba muy húmeda.  Ella comenzó a gemir de inmediato.  Bajé a su vulva y comencé a lamerla.  Pasaba mi lengua extendida sobre sus labios y su clítoris. Luego me concentré solo en clítoris e introduje dos dedos en su caliente cavidad. Al unísono la penetraba con mis dedos mientras chupaba sus jugos.   Ella arqueaba su espalda y gritaba de placer.  Me pidió que no parara, y yo no tenía la intención de hacerlo.   Tuvo su primer orgasmo en mi boca, y como no me detuve a este le siguieron dos casi seguidos.  

Sabía que me estaban mirando y tenía que dar un buen espectáculo.  Ella también lo sabía y su desempeño y movimientos eran de estrella porno.    Yo me acosté boca arriba y ella agarro mi pene y desesperadamente lo chupo por varios minutos.  Yo con el morbo de ser observado me encendí más de lo normal en mí.  Mi excitación y si ella seguía chupando como lo estaba haciendo me harían terminar antes de lo planeado haciéndome lucir algo mal en cámara.  Para evitar esto la detuve y la acomodé sobre mí.  La bese apasionadamente para bajar la emoción y extender mi faena.  Una vez me calme la agarre por las caderas y le dije que se acomodara en posición de perrito lo que hizo con sonrisa en boca.  Cuando vi el panorama abrí sus nalgas y metí mi cara entre ellas.  Volví a comerme todas sus cavidades lo que hizo que ella enterrara su cabeza en la almohada.  Ella casi perdiendo el control me grito que la penetrara.  Yo acomodé mi pene en su vulva y comencé a penetrarla.  Alterne mis manos entre su espalda, nalgas y caderas.   Ella era mía en ese momento y se lo hacía saber a toda la audiencia.  No sabía si aquella transmisión tenía audio, pero nuestros cuerpos sonaban violentamente con la intención que se escuchara en todos lados.
Ya sentía que iba a terminar y se lo dije. Ella entre gemidos me dijo que quería que terminara dentro de ella.  Yo dentro de mi excitación y sabiendo que no habría consecuencias la complací.  Ella también termino casi al mismo tiempo que yo. 

Una vez nos recompusimos nos fuimos a dar una ducha a la luz de la luna.  Ese fin de semana prendimos todas las cámaras de los lugares donde tuvimos sexo.  Le dimos a la audiencia el espectáculo que se merecían. 

Nuestro espectáculo me gano ser miembro del Club de los Mirones.  Ahora somos nosotros quien de vez en cuando prendemos la cámara y vemos a otros actuar.
 
 
 

Thursday, March 4, 2021

La noche que conoci a Ana

Estaba visitando unos clientes por lo que pase todo el día entre mi vehículo y oficinas.  Transcurrió el día y no pude almorzar pues todas las citas que tenía eran corridas.   Ya para cuando se acercaban las cuatro de la tarde no podía resistir el hambre.   Recordé de un bar cercano donde hacen buenas hamburguesas y que también tenían conexión de internet, la cual necesitaría para una reunión virtual. 

Llegué al bar y me senté en la barra la cual estaba totalmente sola.  Su bartender, quien casualmente es un viejo amigo, me dijo que dado a que era miércoles, tendría el local para mí solo por lo menos por una hora más.  También me dijo que luego de las cinco de la tarde comenzarían a llegar más comensales.   Pedí mi comida y a la misma vez me conecté a la reunión.  A mitad de reunión note que una dama llego a la barra y se sentó lejos de mí.  Me sonreí, pero no tuve ninguna respuesta de su parte.   Aparentemente estaba por la misma razón que yo pues pidió comida y se conectó a una reunión. 

Culmine mi reunión y con ella las labores del día.  Había sido un día extenuante y en esa última reunión recibí regaños por cosas mías y otras ajenas a mí.  De verdad que merecía unos tragos para sobrepasar ese mal rato.  Por suerte estaba en el lugar correcto y mi amigo Ramon lo había notado pues me sirvió mi trago favorito sin yo tener que pedírselo.  Como buen bartender comenzó a servir de psicólogo y me entablo una conversación trivial y hasta me comento de sus planes de abrir su propio bar.   Las veces que me dejaba solo en la conversación era para también hablar con la dama que estaba en el otro lado de la barra.

Paso un rato y le pedí un trago y el en tono de broma me dijo que no quería seguir cruzando la barra que mejor me moviera cerca de la dama para hacerle la cosa fácil a él.  Yo la mire y con un gesto le señale la silla que tenía al lado y ella luego de una carcajada me contesto q si podía sentarme allí.

Me moví a su lado y Ramon nos presentó oficialmente, la chica se llama Ana y es médico.  Es una chica de figura atlética, tez blanca, ojos verdes y pelo largo negro.  Le dije en broma que yo respete su espacio toda la tarde pues cuando llego me sonreí, ella no me devolvió el saludo.  Se disculpo y me dijo que ni noto mi presencia pues llego con prisa para conectarse a una reunión también.  Le dijo a Ramon que le invitara un trago por su involuntaria grosería.

La conversación ya no era tan privada pues como dijo Ramon, ya todas las sillas de la barra estaban ocupadas.  De hecho, llegaron unas amistades y se tuvieron que sentar en mesas del salón, aunque iban y venían de cuando en vez por lo que les presente a Ana.  En esta amena e interrumpida conversación me entere que había pasado un divorcio reciente con otro médico y que tenía un hijo de seis años que era su razón de vida.  Que estaba allí pues era donde se encontraba con su hermana de vez en cuando y que usualmente era solo un rato pues no le gustaba dejar el niño cuidando tanto rato.   Yo le conté lo que entendí ella debía saber de mí.  No estaba casado y técnicamente estaba soltero.  No di muchos detalles pues era una mera desconocida y aunque guapa no veía nada pasando entre nosotros. 

Llego su hermana y le propuse dejarle mi silla, pero tanto su hermana como ella insistieron que me quedara.  Su hermana era extremadamente extrovertida y la sorprendí varias veces haciéndole señas a Ana sobre mí.  La hermana vio a Alexander un buen amigo en la mesa donde debería estar sentado yo y al saber que eran mis amigos casi me imploro que se lo presentara pues aparentemente llevaba algún tiempo echándole el ojo.  Yo para no parecer tan obvio y como me tocaba a mí la ronda de la mesa lo llame y aproveche para presentarlos.  Él se fue y en cuanto llego a la mesa me texteo que cual era la mía y cual tenía para él.  Le dije que la hermana quería conocerlo y no paso un minuto cuando él se nos unió a la conversación.  Ellos comenzaron su propia conversación y él se la llevo a la mesa donde estaban nuestros otros amigos. 

Yo continúe la conversación con Ana, pero no sé si eran los efectos de los tragos, pero ya me estaba cayendo mejor.   Ella comenzó a coquetearme y yo también a ella.  Creo que ya habían pasado alguna cuatro horas y muchos tragos de ambos cuando sentí su nariz acariciando mi mejilla.  Lo encontré algo raro, pero me dejé llevar por el momento.  Ella siguió rozando su cara como los gatos rozan la pierna de la gente buscando que los toquen.  En uno de los movimientos nuestros labios se encontraron.  Fue un beso algo tímido, pero sirvió para que yo le diera otro corto, pero con verdadera intención.  Me miro y me sonrió.  Los próximos minutos fueron de besos esporádicos y algunas caricias.  Ramon me comentó entre risas que ya estábamos empezando a llamar la atención de los allí presente.  Me dijo que nos presentó para que socializáramos pero que lo tomamos demasiado en serio. 

Ana me pidió que la acompañara al baño.  Una vez en el pasillo donde estaban los baños la bese apasionadamente contra la pared.  Le dije que había que pagar nuestras cuentas e irnos a otro lugar antes de que nos sacaran a patadas por nuestro comportamiento.  Al regresar del baño y sin mucho disimulo pagamos nuestras cuentas y nos despedimos de todos.  Mis amigos me miraron con cara de sorpresa mezclada con complicidad.  Su hermana que estaba bastante tomada también la miro de igual manera.  Camine con ella hasta vehículo que estaba algo solitario a en la parte trasera del bar.  Una vez llegamos nos quedamos hablando un rato.  Le dije que si quería ir a mi apartamento y ella accedió.  Se monto en su enorme camioneta y le dije que me siguiera.  Aun con la puerta abierta le di un beso largo y ella me haló.  Quedamos besándonos apasionadamente en su asiento de conductor.  Esos besos traían mucho deseo pues no podíamos parar de hacerlo.  Entre besos me susurro al oído –“hazme de todo”. Le pregunte que si podía esperar a llegar a mi apartamento o si quería que pasara allí mismo.  Me contesto que no podía esperar.   Miré a todos lados y abrí la puerta trasera y me senté. Ella cerró la puerta y brinco del asiento delantero al trasero aterrizando sobre mí.   Se acomodo sentado sobre mí y seguimos besándonos.  Le bese el cuello mientras ella se me seguía susurrando cosas al oído.  Le mordí el cuello y los hombros.  Ella desabotono mi camisa y beso mi pecho.  Mordió los lóbulos de mis orejas y me mordió el cuello.  Mientras esto pasaba yo le apretaba las nalgas y me contoneaba para que sintiera que ya mi pene estaba completamente erecto. Le abrí la blusa y quité su sostén.  Sus pechos eran de tamaño mediano y para haber tenido un hijo estaban muy firmes.   Lamí sus pezones y chupé sus pechos.  Esto pareció encantarle pues comenzó a gemir bastante alto.  Ella abrió mi pantalón y comenzó a tocar mi pene.  Me dijo fijamente –“Lo quiero”.

Ella que convenientemente traía una falda esa noche, se la subió para que yo pudiera palpar la piel de sus nalgas.  Sin dejar de besarla comencé a palpar su vulva.  Estaba completamente mojada y caliente.  Metí mis manos debajo de la falda y quité su panty.  Acto seguido comencé a frotar su clítoris con mi dedo.  Ella dejo lo que me hacía y se recostó del asiento delantero a recibir placer.  No dejaba de decir lo rico que se sentía que la tocaran.  Yo alterne mi faena con besos y chupadas de pezones.  Ella no tardo mucho antes de llegar a un orgasmo el cual encharco mi mano. 

Violentamente bajo mi pantalón y saco mi pene erecto.   Lo miró fijamente y comenzó a masturbarme.  Puso saliva en su mano y lo lubrico.  Luego esto me miro y con tono sobrio y muy seria me dijo que por favor la tratara con calma pues llevaba mucho tiempo sin tener sexo y sentía era virgen nuevamente.  Yo entendí y le dije que cuando se sintiera segura que ella misma lo colocara.  Primero lo agarro y comenzó a frotarlo por toda su vulva.  Esto la encendió nuevamente.  Yo la agarre por las caderas y la levante le dije que iba a bajar poco a poco y que ella llevara el paso.  Poco a poco fui penetrando y según me había dicho se sentía como si fuese su primera vez.  Estaba bastante estrecha e inicialmente fue difícil.  Con mucha calma logro entrar completamente.  Una vez adentro le dije que se moviera a su paso.  Ella comenzó tímida y a medida que subía y bajaba se sentía menos apretada y ella más segura.  Cuando cogió confianza comenzó a cabalgarme dando movimientos duro como queriendo sentir todo mi pene profundo dentro de ella.  Poco a poco fui tomando el control y comencé a envestirla a mi paso.  Creo que sus gemidos se escuchaban por todo aquel lugar pues nunca había tenido sexo con alguien que gimiera tan alto. 

Pensé que eso era lo que pasaba porque mi teléfono comenzó a sonar insistentemente cuando mire era mi amigo Alexander.  Como era obvio no le conteste su llamada y seguí enfocado en cumplir con lo que minutos antes me habían pedido.  Entre gemidos me dijo que era seguro que me viniera dentro de ella pues con la prisa y el alcohol no me puse protección.   Ella cambio de posición y se puso de sobre mí, pero dándome la espalda.  En esa posición se podía mover mucho mejor.  Como esa noche tomé whiskey pude durar más de lo normal para gozo de ambos.  Ella siguió su violenta remontada hasta que ambos tuvimos el orgasmo a la misma vez.  Ella termino con una descarga caliente en su espalda y yo con la mitad de mi pantalón encharcado. 

Se sentó a mi lado y me dijo que podía haberme venido dentro de ella pues antes de divorciarse se había operado.  Yo le dije que fue mi instinto.  Cuando recobramos el aliento ambos miramos nuestros celulares y al igual que yo ella tenía llamadas perdidas de su hermana.  Le dije que pensaba que nos habían escuchado y por eso llamaron, pero miramos a nuestro alrededor y no había nadie cerca.  Le devolví la llamada a Alexander y este me dijo que necesitaba de mi ayuda.  Se había montado con la hermana de Ana y esta estaba muy borracha al borde de casi tener un accidente.  Le convenció de estacionarse en una gasolinera y esperar ayuda pues él podía llevarla a su casa, pero necesitaba quien lo regresara a buscar su vehículo. 

Ana y yo fuimos a ayudarlo y entre todos resolvimos la situación.  Esa noche me despedí de Ana sin pedirle su número.  Han pasado varios meses y aun no la he vuelto a ver.  Tendré que pasar por el bar a ver si tengo la suerte de encontrármela de nuevo.

 

 

Tuesday, January 19, 2021

Cronologia

 Querido lector:

 

Este blog es una antología de cuentos sobre las vivencias de un abogado llamado Sebastián Latorre. Para mejor disfrute de los cuentos puedes usar la siguiente cronología como referencia.   Espero que los disfrutes.

 

1.      Maestra

2.      Día de Playa

3.      La chica del cuarto de al lado

4.      De Vuelta al Pasado

5.      Una tarde de domingo

6.      Over Time

7.      Simplemente Amigas  

8.      Reunión de ex-alumnos

9.      Simplemente Amigos    

10.    Divertida Reunión

11.    Lucha de Poder  

12.    El campo y tú

13.    Deuda Pendiente

14.    La noche te da Sorpresas

15     Halloween

16.    Despedida de Año

17.    Cayo Cardona

18.    Irma
19.    Ventana

20.    Tapón

21.    Venganza Online
22.    La noche que conoci a Ana

Venganza Online

Miércoles en la mañana y ya tenía el calendario de trabajo lleno de reuniones virtuales.  Mi outfit del día, camisa de botones roja que no combinaba con mis boxers azules, que naturalmente era lo único que traía puesto de la cintura hacia abajo.  Vestirme bien de la cintura hacia arriba lo encontraba genial, manera cómoda de cumplir con la política de mi compañía que requiere uso continuo de las cámaras para todas las reuniones. 
Luego de una mañana de tensas reuniones, por fin llego un aburrido training.  Lo único que tengo que hacer es aparentar prestar atención.  Para esto abrí unas pantallas de en mi browser y para usar mi WhatsApp y leer las noticias en Twitter.  Entre noticias, bochinches y memes se colaron varios clips porno de lo más interesantes.  Ya que estaba hablando con mi novia decidí enviárselos.  Los primeros eran de formato gif, lo cual no tiene audio.  El ultimo que envié era un video de una escena outdoor el cual contenía audio, y que audio.  Con todo propósito se lo envié para ver que ocurría.  Baje el volumen de mi training y justo ahí el audio del video retumbo por toda la casa.

No pasaron 10 segundos cuando recibo un mensaje de ella que decía “yo te voy a achocar”. Aparentemente ella no tenía silenciado su micrófono y el audio se coló por las bocinas de todos los que estaban reunidos con ella.  Demas esta decir que paso el bochorno de su vida y que todos vieron su reacción en cámara.  Ese mensaje se lo conteste con un “Oops y la carita riéndose”.  Mi respuesta solo provoco un mensaje de amenaza de su parte.
Paso mi adiestramiento y llegó la reunión más importante de la semana.  En esta reunión tenía la responsabilidad de presentar el nuevo proyecto de la firma.  Me puse erguido y empecé mi monologo.  A los pocos minutos de presentar sentí que mi novia entro al cuarto, pero como toda mi atención estaba puesta en el monitor de mi computadora nunca vi para donde ella se dirigió.  Seguí mi presentación cuando de repente siento sus manos tocando mis muslos.  Estaba debajo de la mesa y pude ver sus malas intenciones.  Seguí presentando, pero ella cada vez subía sus manos por los muslos.  Comenzó a pasar sus uñas por la parte interior de mis muslos hasta llegar a mis testículos.  Ahí cambio a pasar la mano abierta por toda el área del pene.  El estrés que esto comenzó a crear hacía que yo no tuviera respuesta alguna.  Ella noto esto y siguió pasando la mano sin éxito.  Como vio que no reaccionaba comenzó a besar el área pasando toda su cara por mi calzoncillo.  Ya mi cara reflejaba tensión, pero tenía que disimular mi incomodidad. 

Como vio que no respondía me quito el boxer de un halón que casi hace que me cayera del sofá.  Ya ahí mi jefe me pregunto que si estaba todo bien.  Le dije una excusa que honestamente no recuerdo.  Yo sabía que no podría resistir mucho más.  Ella ya con mi parte de abajo desnuda comenzó a manosear mi pene con sus dos manos.  Esto causo una erección potente casi al instante de sentir su piel en contacto directo con la mía.  Cuando pudo tener la erección completa en sus manos comenzó a masturbarme lentamente.  No podía mirarla, pero sabía que ella solo miraba la expresión en mi cara y como yo trataba de disimular aquella rica sensación.  Como estaba comenzando con su tarea podía mantenerme en mi disertación y hasta una sensación de relajación tuve momentáneamente.  Cuando vio que no me estaba estresando tanto como ella quería comenzó a mover sus manos rápidamente. Acto seguido añadió la boca a sus manos, en una mezcla de sexo oral con manual.  Definitivamente ella quería vengarse de aquel video que le había enviado.  La manera como estaba haciéndome el oral tenía solo propósito de hacerme venir rápidamente.  Yo como pude baje mis manos tratando de sacarla de lo que hacía, pero ella no me lo permitió.

Ya mi cara se había desfigurado, estaba sudando y mis palabras casi no podían mantener una lógica.  En más de una ocasión mis compañeros de trabajo me preguntaron si me sentía bien.  Sabía que si ella seguía iba a terminar gimiendo frente a la cámara. Estoy seguro de que era lo que ella quería lograr.  Ya las reacciones de mi cuerpo le decían que pronto iba hacerme terminar.  Yo tuve que hacer silencio para tratar de evitarlo.  Se repente ella paró lo que hacía y se salió de debajo de la mesa.  Yo más aturdido que nunca casi lloro en cámara pues necesitaba terminar con aquello.  Ella ya de pie y desnuda me escribió en un papel pegadizo “La venganza es dulce y tú te vas a venir cuando yo quiera”.

Allí yo sin palabras, desnudo de la cintura hacia abajo y con una erección intacta trate de reincorporarme a la presentación, pero ya era imposible.  Mi jefe muy serio me pregunto qué pasaba y yo ya en control de casi todas mis funciones corporales pude inventar la excusa de que había recibido varias notificaciones de los vecinos de que habían visto a alguien robando en mi carro.  Esto causó empatía en mi jefe y el atribuyo todas mis extrañas caras y reacciones a tan seria noticia.  Me dijo que pausaríamos la presentación en ese momento para que atendiera mi problema y que cuando pudiera llamara a otra reunión para terminar.  Desconecte la llamada saque la mesa y le hice señas a mi novia de que viniera hacia mí.   Ella mirándome seria, con cara de molesta se me acerco lentamente.   La agarre por la cintura y ella me saco las manos y me empujó hacia atrás quedando yo acostado en el sofá.  Me dijo que ella tendría el control y que no quería que yo hiciera nada.  

Se sentó sobre mí, me desabotono la camisa y me la quitó.  Sinceramente estaba algo pasmado y esto causo que mi pene perdiera algo de dureza.  Ella lo noto y comenzó a frotarlo nuevamente hasta que volvió a su dureza original.  Mirándome fijamente lo agarro y se lo coloco en su vulva dejando se caer.  Noté que todo aquel ritual de venganza la tenía muy excitada pues estaba muy húmeda y lubricada.  La agarre por las nalgas para comenzar a penetrarla con fuerza, pero ella me saco las manos recordándome que ella tenía el control.  Me dijo que si no quería que me amarra las manos que las pusiera detrás de mi espalda lo cual hice.  

Ella puso sus manos sobre mi pecho y comenzó a subir y bajar suavemente.  Poco a poco la intensidad fue subiendo.   Ella se abalanzo sobre mi poniendome los pechos sobre mi cara y dándome la instrucción de que los chupara.  Yo como novio obediente y consentidor lo hice.  Además de que amo hacérselo siempre que puedo.  Ella siguió cabalgándome sin piedad sacándome los tan ansiados gemidos los cuales quedaron opacados por los que ya ella generaba.  Ella llego al punto de excitación y placer que olvido que tenía el control.  Gritándome me pidió que la agarrara por las nalgas y que “le diera duro”.  Yo muy obediente la agarre y comencé a envestirla con todas mis fuerzas.  Aquel cuarto se llenó de gemidos, pero el sonido tipo aplausos que generaron nuestros cuerpos lo sobrepaso.  Ella en un grito me indico que había llegado a un orgasmo que sin planear fue la señal para yo terminar también. 
Ambos quedamos abrazados en aquel sofá que quedo impregnado con el olor a sexo.  Ella me miró fijamente y me dijo “La venganza es dulce y cuando yo me vengo, me vengo rico como hoy”.  Esto saco una carcajada en mí.  Ahora el problema que tengo es como le hago para solucionar la excusa que le di a mi jefe. 

Tapon

 - ¿Qué haces?  Le pregunte a Raquel mientras miraba la hora en el tapón de las 5:00 PM del expreso.

 -Nada, tomándome una cerveza en la terraza mientras bajo revoluciones, me contesto. 

-Estoy en el tapón cerca de tu apartamento y precisamente en eso pensaba, le respondí. 

Raquel es una buena amiga y compañera de mil batallas en la firma donde trabajaba.  Siempre me atrajo, pero nunca paso nada entre nosotros.  Por mucho tiempo fue mi compañera de parranda, cosa que era interrumpida cuando alguno de los dos comenzaba una relación.

Me dijo que no quería salir, pero si quería pasara por su casa.  Había ordenado una pizza y me dijo que la compartía conmigo.  Llegue a su casa luego de comprar unas cervezas para ambos.  Como era la primera vez que la veía luego de los eventos de la pandemia nos saludamos de puno y tratamos de guardar el distanciamiento.  Le dije que me había hecho la prueba y casualmente ella también, ambos con resultados negativos lo cual hizo que nos quitáramos las molestosas pero necesarias mascarillas.

En menos de veinte minutos nos pusimos al día en el aspecto profesional.  La charla de la vida personal duro algunas 6 cervezas, la pizza y varios shots.  En esos temas se tocó el impacto del COVID en nuestras respectivas vidas sexuales.  Ninguno de los dos había tenido sexo en por lo menos tres meses, cosa que dada a nuestra naturaleza se hacía bastante atípico.    En más de una ocasión se bromeó con la idea de que si no aparecía alguna pareja para tener sexo nos buscaríamos para tenerlo entre nosotros dos. 

La última vez que ella me lo menciono le dije que sabía que ella finalmente no se atrevería.  Me miró fijamente y me dijo que decía esas cosas porque ella sabía que yo sería quien finalmente cedería a la idea.  Al sentirme retado le lance el reto de que si ella era valiente que me besara lo cual hizo sin pensarlo.  Inicialmente me quede pasmado pues pensé que tendría que insistir más en mi petición.  Nos separamos y me dijo que nos dejáramos de juegos volviéndome a besar.  Esta vez mas apasionadamente y con entera cooperación de mi parte.  Yo que estaba sentado me puse de pie y la arrinconé contra la barra donde estábamos bebiendo.  Procedí a agarrarle las nalgas y los senos. Ella agarro mi paquete como palpando si realmente estaba completamente envuelto en lo que allí estaba pasando.  No fue sorpresa que encontró mi paquete completamente endurecido.  La volteé y comencé a besar su cuello, nuca y hombros mientras mis manos jugaban con sus senos.  Le quite el traje que tenía puesto y quedo en ropa interior.  Seguí acariciando sus senos, pero esta vez ya desnudos pues levanté su sostén.  Con mis dedos acariciaba sus pezones mientras seguía comiendo su cuello y empezaba a hacerle presión en las nalgas contra mi pelvis haciéndola sentir toda mi erección.

Bajé una de mis manos y lo metí por la parte delantera de su panty para encontrar toda la humedad que tenía.  Usando mis dedos centrales comencé a frotar su clítoris en forma circular.  Esto hizo que comenzara a gemir descontroladamente.  Su excitación era tal que no pasaron un par de segundos cuando sentí un enorme chorro salir de entre sus piernas el cual me salpico todo el pantalón.  No la deje casi terminar cuando usando los mismos dedos se los introduje de forma arqueada buscando su punto g.  Algo me dice que lo alcance pues a medida que introducía mis dedos sus caderas se contorsionaban sobre mi pelvis con tan son que parecía estábamos bailando.  Sus gemidos ya cubrían toda la terraza.  Mientras seguía ella se dobló pegando sus pechos al tope de la barra.  Yo moví mis dedos y comencé a penetrarla con ellos, pero esta vez desde su parte trasera hasta que volvió a bañarme con su chorro.

Estaba tan excitado que desabroche mi pantalón y saque mi pene de él y comencé a cucarla pasando la cabeza por la superficie de su vulva.  Esto creo una desesperación en ella de tal grado que me grito “Clavameee”.  Al escuchar esto, eche una carcajada y la penetre sin avisar.  Esto provoco un brinco y un gemido ahogado, casi de susto.  Deje mi pene hundido para que lo disfrutara mientras este llenaba toda su cavidad.  Poco a poco se fue relajando y cuando la vi quieta la agarré por las caderas y comencé a embestirla con firmeza.  Nuestros cuerpos comenzaron a aplaudir aquella inusual situación entre ambos.  La bebida hizo que ella disfrutara por largo rato de mis movimientos pues mi faena duro más de lo normal.  Dentro de sus gemidos me pidió que me viniera afuera pues no teníamos protección. Seguí con mi ritmo hasta que una cosquilla aviso que tenía que retirarme.   Poco después cubrí sus nalgas con el producto de aquellos tres meses de excitación.  Me deje caer encima de ella, ambos sobre la barra.  Luego de aquel encuentro ambos nos vestimos y nos quedamos dormidos en los muebles de la terraza.

Al otro día nos levantamos, ninguno de los dos recordaba completamente lo que había ocurrido.  Sabíamos que había pasado algo, pero las lagunas causadas por el alcohol no permitían que tuviéramos detalles.  Unos días después me envió un video.  Era lo que habían grabado las cámaras de seguridad de su terraza esa noche.  Gracias a la tecnología aquel épico encuentro pudo ser disfrutado.